sábado, 5 de abril de 2014

CUANDO LA CORREA DE TRANSMISIÓN SE PONE EN MARCHA

La máquina de coser canta,  su ritmo acompasado y continuo  tiene enhebrada en su aguja las coplas de Juanita Reina y  los cuplés de la Piquer, hilos   tizas y dedal  se disputan el cestito donde las alfileres en  forma de banderillas permanecen prendidas en la  almohadilla  artesana que  a duras penas aguanta el continuo metisaca que busca dobladillos en los que prender  o costura que sacar.

Los hilos de hilvanar mantienen el suelo nevado mientras  pequeños trozos de tela juegan a ser alfombra multicolor  disputando el espacio a   los pedales que con rítmico balanceo hacen girar la rueda que impulsa la correa trasmisora,  a trasmano  el cesto de mimbre hace tertulia con la silla de enea mientras esconde en sus entrañas las sabanas de lienzo moreno que esperan turno para cambiar el embozo y las partes bajeras gastadas por el uso.

Un poco más allá la mesa camilla guarda celosamente la virginidad de su brasero al cobijo de las faldillas mientras desde el ampuloso aparato de radio; Matilde, Perico y Periquín  nos hacen engullir “Cola Cao” en la voz de un negrito muy feliz que está en el áfrica tropical cantando mientras trabaja.

Hacía mucho tiempo que no escuchaba el ritmo de una  máquina de coser, mi mujer ha recuperado destreza para poder rematar un laborioso trabajo y sin darse cuenta a puesto en marcha la máquina del tiempo que cabalga hacia atrás en busca de los rincones de la memoria.

Aquella máquina de coser Alfa ya no es pieza importante en el ajuar
de las novias, la ropa no se recompone, los negritos del África saltan la verja pretendiendo disfrutar el fruto de su cacao, Matilde, Perico y Periquín se han trasladado al barrio de San Genaro para contar lo que pasó, la mesa camilla ya no tiene faldillas porque no hay brasero y la silla de enea no puede hablar con el cesto de mimbre por que a este lo trajeron de china y no tiene repajolera idea de nuestro idioma, el Cola Cao que fue alimento para campeones y deportistas se pregona ahora como des-cacao y bajo en calorías para hacernos más esbeltos y sus cajas coleccionables pasaron al museo de los recuerdos con las fotos antiguas entre los mil achiperres de la nostalgia.

El escenario se cierra dejando ver en el telón de fondo unas cortinas de cretona  mientras mi madre  me sonríe desde la foto que tengo en mi escritorio  y  una nebulosa deja translucir a  su lado a mi hermana todavía joven y con hermosas trenzas emparejando calcetines con calcañales zurcidos o jugando a ser bordadora en un mantel inacabado.



RUEDA QUE VEAS GIRAR SI NO LA PARAS PRONTO DEJATÉ LLEVAR

1 comentario:

  1. Muy...muy, muy bueno Joaquín. Aunque no te haga muchos comentarios, pienso: Este es mi primo. Un abrazo.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona