domingo, 26 de febrero de 2017

BARCELONA PARA LOS CIUDADANOS

Barcelona cambia de registro, estamos pasando del todo vale facilitando que las grandes multinacionales del sector turístico acampen en la capital a ponerles freno y cupos de expansión, el sector hostelero no ha tardado en lanzar el anuncio de la apocalipsis por la anulación de licencias para abrir y construir nuevos  hoteles, de ahí se ha pasado a enumerar la cantidad de puestos de trabajo que se perderán y como el endurecimiento que este tipo de medidas hará que se  resienta el numero de estancias y los  atraques de los grandes cruceros.

 No parece que nada de estos haga temblar al ayuntamiento; su política de  Barcelona para el ciudadano no solo ha paralizado la apertura de nuevos hoteles ha restringido también el huso de la vía pública para terrazas y aplicaciones privadas y sobre todo trata de impedir por todos los medios que la población autóctona tenga que abandonar la ciudad por los altos precios a los que está llegando el mercado del alquiler. Ningún político en su sano juicio desecharía esta política de apertura económica con la que fácilmente afianzaría  a su partido en el poder, ningún partido desdeñaría poder presumir de la expansión turística y económica nunca soñada en la Barcelona del siglo XXI,  ningún político que no fuera el “Ada” que ahora preside el ayuntamiento de Barcelona.

Barcelona comienza a ser invivible para el ciudadano, las aglomeraciones en el centro de Barcelona en sus principales arterias comerciales y visitas de interés representan un autentico agobio para el paseo tranquilo y el encuentro reposado. Lugares como el emblemático mercado de la Boquearía son ya pasto  de visitas tan multitudinarias que los propios vendedores piden controlar el paso a meros visitantes que impiden la venta normal de sus productos, visitar el parque Güell, la Pedrera,  la Sagrada familia  o cualquier otra obra de Gaudí  representa horas de espera, en definitiva Barcelona comienza a ser de todos menos de los barceloneses.

Aquí el Ayuntamiento ha dicho basta, de nada vale que  haya puestos de trabajo si las condiciones son tan precarias que el propio empleado que parece beneficiarse, tiene que irse a vivir fuera de Barcelona por qué no puede pagar el precio del  alquiler que con motivo de la especulación y los apartamentos turísticos se ha disparado, de nada vale que los locales de hostelería desparramen mesas y sillas por las aceras si con ello hacen que el peatón tenga que bajar a la calzada, de nada vale querer un entorno limpio si los grande cruceros del “todo pagado en origen” vacían aquí sus tanques de residuos a precio de ganga y lo que es más grave, no se puede dejar en manos de estos monstruos la economía de la ciudad pues sería rendirla a posibles chantajes y vaivenes del mercado.

La Generalidad está cada día más pendiente del tendedero de su vecina,  conseguir un acuerdo con el gobierno de Madrid aparece ya como una necesidad que le permita salir airosa del trance independentista, el tsunami  Colau se aproxima lento pero imparable y sus efectos pueden extenderse a otras latitudes.


LOS CIUDADANOS RAZONAN, LA SINRAZÓN DESCORAZONA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona