Barcelona cambia de registro, estamos pasando del todo vale facilitando
que las grandes multinacionales del sector turístico acampen en la capital a
ponerles freno y cupos de expansión, el sector hostelero no ha tardado en
lanzar el anuncio de la apocalipsis por la anulación de licencias para abrir y
construir nuevos hoteles, de ahí se ha
pasado a enumerar la cantidad de puestos de trabajo que se perderán y como el
endurecimiento que este tipo de medidas hará que se resienta el numero de estancias y los atraques de los grandes cruceros.
No parece que nada de estos haga temblar al ayuntamiento; su
política de Barcelona para el ciudadano no
solo ha paralizado la apertura de nuevos hoteles ha restringido también el huso
de la vía pública para terrazas y aplicaciones privadas y sobre todo trata de
impedir por todos los medios que la población autóctona tenga que abandonar la
ciudad por los altos precios a los que está llegando el mercado del alquiler.
Ningún político en su sano juicio desecharía esta política de apertura
económica con la que fácilmente afianzaría
a su partido en el poder, ningún partido desdeñaría poder presumir de la
expansión turística y económica nunca soñada en la Barcelona del siglo XXI, ningún político que no fuera el “Ada” que ahora
preside el ayuntamiento de Barcelona.
Barcelona comienza a ser invivible para el ciudadano, las
aglomeraciones en el centro de Barcelona en sus principales arterias
comerciales y visitas de interés representan un autentico agobio para el paseo
tranquilo y el encuentro reposado. Lugares como el emblemático mercado de la Boquearía
son ya pasto de visitas tan
multitudinarias que los propios vendedores piden controlar el paso a meros
visitantes que impiden la venta normal de sus productos, visitar el parque
Güell, la Pedrera, la Sagrada
familia o cualquier otra obra de
Gaudí representa horas de espera, en
definitiva Barcelona comienza a ser de todos menos de los barceloneses.
Aquí el Ayuntamiento ha dicho basta, de nada vale que haya puestos de trabajo si las condiciones son
tan precarias que el propio empleado que parece beneficiarse, tiene que irse a vivir
fuera de Barcelona por qué no puede pagar el precio del alquiler que con motivo de la especulación y
los apartamentos turísticos se ha disparado, de nada vale que los locales de
hostelería desparramen mesas y sillas por las aceras si con ello hacen que el
peatón tenga que bajar a la calzada, de nada vale querer un entorno limpio si
los grande cruceros del “todo pagado en origen” vacían aquí sus tanques
de residuos a precio de ganga y lo que es más grave, no se puede dejar en manos
de estos monstruos la economía de la ciudad pues sería rendirla a posibles
chantajes y vaivenes del mercado.
La Generalidad está cada día más pendiente del tendedero de
su vecina, conseguir un acuerdo con el
gobierno de Madrid aparece ya como una necesidad que le permita salir airosa
del trance independentista, el tsunami Colau
se aproxima lento pero imparable y sus efectos pueden extenderse a otras
latitudes.
LOS CIUDADANOS RAZONAN,
LA SINRAZÓN DESCORAZONA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás