Una vez más Europa ensayó en España su estrategia, encelar un
conato de disgregación hasta someterlo guiando y fomentando sus propios
impulsos ha sido la jugada maestra contra el independentismo, les dejaron
llegar al límite del paroxismo y justo en ese momento segaron la hierba a sus
pies provocando la estampida de empresas que salieron fuera de Cataluña dejando
tras de sí la inquietud y la precariedad , volvieron a enardecer al independentismo
cuando este alicaída metiendo en la cárcel a dos de sus organizadores que sin
ser los más significados si podían ser cebo irresistible para que sus
seguidores que por tratar de rescatarlos se dejaran tiras de piel entre los barrotes.
Mientras tanto potenciar el orgullo al parlamento catalán era
ponerle orejeras para que no viera otros caminos y tal como sucedió empujados
por su corte de acólitos Puigdemont y los suyos se ofrecerían a su plebe en
holocausto convirtiéndose en victimas de su propio enaltecimiento, solo se
torció una pequeña estratagema
cuando el líder del P.P. en el
parlamento catalán no consiguió que los consellers votaran a viva voz su apoyo
a la independencia ¡Lástima! Porque según lo previsto ese hubiera sido el
documento irrefutable para su entrada posterior en prisión.
Así las cosas el artículo 155 se puso en marcha, la unión
europea en bloque y el restos de países “desarrollados “apoyan a España, los
independentista perfectamente identificados
serán espulgados de la sociedad uno a uno mientras se cierran embajadas,
se eliminan cargos y sobre todo se inhabilita a los que de una u otra manera
estuvieron en la intentona, pero eso si
no se tocarán símbolos ni cosa alguna que pueda herir a los dos millones de
ciudadanos que guiados por si vena racial creyeron haber logrado lo que en
muchos años de historia ninguno de sus antepasados había podido conseguir,
dejar que se tranquilicen es ganar tiempo,
evitar algaradas es no poner en la calle otra vez a los represores
vestidos de negro que tan nefasta imagen dejaron tras de sí.
Mientras tanto el “amor patriótico” se potencia desde el
gobierno central, si los no participes no nos manifestamos contra la
independencia o no nos echamos a la calle es que somos unos malos patriotas, si
no enarbolamos las banderas de España no somos dignos hijos de ella, si no arrancamos con un viva España las
enseñas independentistas seremos unos descastados sin derecho a nuestras raíces,
en definitiva tenemos que enfrentarnos por obligación a nuestros hasta ahora
amigos y vecinos porque así lo manda esa moral patriótica impuesta desde el
partido en el poder que sigue siendo semillero del mangoneo y la defraudación.
He de confesar que con estos pensamientos traté de dormir
anoche, la idea de sentirme manejado me ha impedido conciliar el sueño, muchos
amigos me llamaron para manifestarnos en la calle el próximo domingo pero la
sola idea de que una vez más tanto unos como otros somos víctimas de los grandes capitalistas me produce
sarpullidos, pensar que es siempre el pueblo quien pone las victimas y no
impedirlo es caer una y otra vez en el mismo error, dejar las calles completamente desiertas
el próximo domingo seria la demostración más clara de que el pueblo ha madurado, que unos
ideales mal conducidos no pueden hacer perder años de lucha y privaciones, pero
que aunque tarde también nos hemos dado cuenta de que quien maneja los hilos de esta
marioneta llamada España tiene en sus manos y a su capricho el cómo y el cuándo
provocar nuestro vértigo o nuestras miserias.
LA ZANAHORIA TE HACE OLVIDAR QUE NO TIENES ALAS
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