jueves, 18 de enero de 2018

SINTROM

Hace años que sigo un tratamiento de Sintrom y hoy cuando la enfermera que me tomaba las muestras de sangre me han dicho que se jubilaba me ha hecho recordar los diez años que llevo estando en sus manos, cuando al principio lleno de miedo la acosaba a preguntas o el desconocimiento  te hacia ser tan excesivamente precavido que no veías llegado el día del siguiente control, exponerte a un golpe era poco menos que hemorragia segura o la cantidad de normas que tenias presente y que deberías seguir en caso de accidente y es que  la palabra Sintrom dentro de tu organismo te hacían sentir como un jarrón al que nadie se atrevía quitarle el polvo y tú mismo imponías barreras mentales contra todo lo que te rodeaba.

Ahora es distinto, los controles constantes te dan seguridad, los posibles altibajos en la coagulación los entiendes como normales pasando de periodos estables a temporadas donde las valoraciones son como un tío vivo de subidas y bajadas, lo importante respetar las pautas y acudir puntualmente a tus controles y sobre todo procurar informarte antes de tomar cualquier medicamento que pueda interactuar con el puñetero anticoagulante. Hoy recordaba con mi enfermera la cara de susto de los primeros meses, el desconocimiento  y la poca y mala información que rodea este mundo de la des coagulación,  pero también el alarmismo de muchos facultativos de otras especialidades cuando en tu historial aparece  la palabra Sintrom y añaden a ella un cierto deje de displicente y resignada conmiseración.

Lo paradójico es que nadie sabe el por qué de las alteraciones ni  cómo es posible que haciendo una vida normal y casi rutinaria tanto en las comidas como en el ejercicio físico pases de largos periodos de estabilidad a otros en los que los resultados son imprevisibles, de todos modos y según lo observado este puñetero Sintrom es lo menos malo para que mis aterías   dejen circular con profusión y sin atascos  eso que llamamos riego sanguíneo que  alimenta y mantiene este cuerpo serrano que a pesar de todo va cumpliendo años y del que nadie puede decir que tenga sangre de horchata.

         DEL SINTROM Y LA ASPIRINA NUNCA HAGAS REBOCINA



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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona