LA RATONERA

El nieto escuchaba con atención cuanto el abuelo le explicaba del funcionamiento de una trampa para cazar ratones, el olor del cebo, la posición en la que debía colocarse, no tener alrededor otra comida que pudiera distraerles, la despreocupación por el padecimiento que pudieran sufrir las víctimas,  la forma de deshacerse de los incautos y la estrategia de cambiar el muelle para cazar nuevos infelices fueron ocupando su  tiempo camino del colegio, en el momento de la despedida el abuelo advertía a su nieto que la vida también está llena de trampas donde la supervivencia está muy ligada al instinto y  desgraciadamente la experiencia te dice que estés permanentemente en guardia.

De regreso el abuelo se llega a atender sus obligaciones que  hoy está en cantarles las cuarenta a los de la entidad bancaria que otra vez le cobran la cuota trimestral por mantenimiento, pero eso no fue nada hasta que entraron a comentar la posible renovación de planes de ahorro y vio con estupor que los intereses y hacienda se vuelven  en su contra, como única alternativa le proponen al buen hombre que se incorpore  a un grupo inversor si quiere evitar que el I.P.C.,  los gastos de mantenimiento y el Sr. Montoro se le coman el producto de sus sacrificios, no hay más opciones (le dicen)  para los que están en esa edad que no tiene vuelta atrás, si fuera más joven…….

El hombre ha salido desazonado, ahora puede contarle a su nieto que hay ratoneras para cazar  humanos, donde a los más viejos de la especie se les acorrala dejándolos como única salida un angosto y oscuro callejón, le explicará que en  otro tiempo le atrajeron con el cebo de la hipoteca y sus buenos sudores le supuso salir de ella sin desangrarse, y ahora para tratar de sobrevivir sigue siendo necesario dejar vellones de lana entre las zarzas, donde la trampa puede saltar aunque no toques el cebo, toda una bofetada para los que se educaron en la creencia y la virtud del ahorro.

         LA RATONERA SOLO ALIMENTA A LOS GATOS QUE LA VIGILAN