miércoles, 14 de noviembre de 2018

LA MADRUGADA

El cabo de esclavos transita indolente
Despierta con golpes, de alma dormida
Patea vestigios; desechos de gente
Rompiendo la noche de seres sin vida

Un bulto entre harapos se hace presente 
Costillas flotando, la tez negrecida
Nariz troquelada en cuerpo sin vientre
Las piernas de escoba, la izquierda torcida.

El golpe lo espanta, se engalla, se yergue
Rectando inseguro aun mal… se acluquilla,
Distingue entre ruidos las voces de gente 
Lanzados cual lobos buscando maquila.

Tatuajes,  cadenas, clavos,  pendiente
Brazos marcados con dosis de vida
Vigilada su boca por un solo diente
Cantadora en las noches por vil calderilla.

Figones, tabernas, pensión maloliente
Hediondos portales, sutil  bacinilla
Amparadora de mugre y  olores
Humedades, vomiteras…escudilla.

Un zurrón es su caja de valores
Por despensa, negro pan, y una colilla
Que escudriña tanteando nuestro hombre
Despertando a quien llama coleguilla

Se aproxima a la dama que murmura
Rebujada como está tirada en tierra 
sus miradas se cruzan, se comprenden
Se paran, se huelen, cambian  jerga.

Alarga su mano temblorosa
Pide a  la mujer que no entretenga
Colilla, botella, charco, birra
Cariño, calor, desprecio, pena 

Brazo flaco, hueso y vena
Chute, jeringa, dosis, gangrena.
Charco sucio negro espejo
Teniendo todo el cielo por diadema

Acaricia y acicala aquel antruejo
Al que atusa y recompone la melena
Y enhebrando su cintura pone un beso
En la cara de quien fue su Macarena.

En la calle Escudellers fue el desalojo
Mar de piedras enlutadas como escena
Camino de mil seres en ocaso
Pasarela de mil chutes en la vena.

                                      J. Hernández      

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona