Soy
el burrito blanco
al
que mal llaman platero
pues
tengo tripa de sapo
y
orejas de paragüero.
Y
es que el tal D. Juan Ramón
hablando
me puso en cuento
y
por no contrariarle
dejé
de ser un jumento.
hacer
caso al de Moger
si
yo no puedo entender
ni
soy del Guadalquivir.
Más
dejen que yo les cuente
quien
fue este penitente
que
nacido fue en Moguer
hijo
fue de vinateros
que
dejó la abogacía
y
por no querer dar golpe
se
puso a escribir poesía.
Fue
su salud precaria
con
cara de monaguillo
una
tez tornasolada
y
cuerpo como un pitillo.
Asaltó
más de un dosel
profanó
más de un cepillo
en
conventos de clausura
y
casas de incierto brillo.
Escribió
libros de amor
sonetos
rimas y cuentos
murió
en Puerto Rico
republicano
irredento.
Lo
premiaron con el Novel
sobre
todo por mi cuento
y lo
encumbré con mi acierto
nunca
me dieron del premio
ni el titulo de portento.
Y
aunque todos me conocen
por
el Platero del cuento
no
encontré el sindicato
que
salvara mi sustento.
Aquí
se acaba la historia
contada
por un jumento
que
quiso tocar la gloria
y
se quedó en el intento.
J. Hernández
EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JUAN
RAMÓN JIMENEZ
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