LA MALETA

He engordado, en pocos días he subido de peso y lo malo es que  no puedo hacer nada para adelgazar porque no depende de mí, el viaje ha sido aburrido porque al llegar me metieron dentro de un armario y de allí no he salido hasta que han decidido cargarme de nuevo,  me han sacado al pasillo dando trompicones, menos mal que llevo ruedas y los encontronazos son más suaves de lo contrario me hubiera visto maltratada y golpeada contra los escalones, luego he viajado con otras compañeras en la panza de un autocar y de allí un paseíto en carromato hasta llegar al avión.

Mis dueños dicen que se lo han pasado bien, que la zona de Torremolinos les gustó mucho y que Tánger es una ciudad de fuertes contrastes, dice Joaquin que dentro de poco Europa tendrá un serio competidor en esta zona de África, que la proximidad con nuestras costas, las infraestructuras y las dársenas para grandes buques que están en marcha harán de este enclave un puerto franco que absorberá el tráfico marítimo tanto de pasajeros como de cabotaje y que las grandes empresas ya han colonizado grandes extensiones de terreno en previsión de trasladarse en poco tiempo y como los sueldos allí son ridículos por no decir inexistentes hasta el punto de que muchos trabajan solo por las propinas la competencia puede ser bestial.

También dice esta pareja que entre otros sitios se acercaron hasta Marbella y puerto Banus y que aunque ya lo conocían quisieron “fisgonear” por esquinas y parajes, dice el “jefe” que no entiende cómo se pueden pagar esos precios por vivir en una montaña donde los mismos acaudalados vecinos han destruido el paisaje aunque tengas al lado de un jeque que no se deja ver nunca. El puerto lo define como el escaparate del derroche y solo entiende que se puedan pagar más de tres mil euros por noche en un hotel exclusivo si no es para “hablar” de negocios extra planetarios. El tiempo dicen que ha sido excelente y el hotel estupendo y debe haber sido así porque apenas les he visto por la habitación y cuando llegaban solo para ducharse y emprender nueva marcha.

De regreso me he perdido, me he despistado y he estado dando vueltas como una loca sin que nadie reparara en mi a pesar del lazo tan rimbombante que me puso Loli en la oreja, desde mi carrusel he visto despedirse a los amigos del viaje, intercambiar teléfonos y desearse no sé cuantas cosas buenas para el futuro y sobre todo intentar volver a encontrarse en otra ocasión como esta. ¡Al fin! Alguien ha reparado en mi y al grito de: ¡esa es¡ me he visto zarandeada y puesta bajo control, dentro de mi regurgito cachivaches y no sé cuantos achiperres mas, pero como no puedo gritar me dejo llevar esperando que me hagan la cesárea lo antes posible.

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