Libros nuevos, mochila nueva, nuevo todo, menos él, - abuelo no hace falta que llegues hasta la puerta-, -adiós abuelo, gracias por traerme- y el abuelo se queda con el cuerpo inclinado esperando el beso de siempre y el reciproco achuchón de costumbre, mientras su nieta se aleja a la carrera hasta mimetizarse entre los compañeros de clase, una mirada furtiva a última hora le dice que lo sigue queriendo pero que ya es mayor para demostrar efusiones infantiles delante de sus compañeros. El abuelo se rasca la cabeza, gira sobre sus pasos y disculpa a su nieta por no haberla entendido cuando hoy ya no le pidió ayuda para peinar su melena.
Un poquito más abajo nuevos abuelos entran con los mas pequeñines por la otra puerta del cole, algunos parvulitos lloran al desped irse en brazos de susmayores, los mas se dejan recomponer el uniforme hasta quedar bien atildados, el último achuchón parece interminable y desde la misma puerta alguno se vuelve para decirle adiós a su yayo con esa manita que hasta no hace mucho estuvo prendida a la de él transmitiéndole seguridad camino del cole.
Nuestro hombre saluda a un compañero y juntos prosiguen su camino,entre comentarios contrastando tiempos infantiles, los cursos van pasando, la mochila de la vida es cada vez más pesada pero eso no les impide seguir aprendiendo, en su centro de mayores comienza también un nuevo curso, en la entrada un nieto se despide de sus abuelo al que acompaña para que no tropiece.
EL CURSO DE LA VIDA ES EL UNICO QUE SE APRUEBA SIN PRESENTARSE
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