sábado, 4 de mayo de 2019

ENCAJA FUERTE


 Si alguien me atraca (decía un contertulio) defenderé con uñas y dientes lo más valioso que llevo encima; lo demás me importa poco pero mi dentadura que no me la toquen porque en ella llevo invertido todo mi patrimonio, pero… pensándolo bien añadía: no se para que la quiero  si ya no me queda dinero para darle de comer, la carcajada fue general todos en el fondo le dimos la razón y mas de uno apretó los dientes confirmado que su caja fuerte estaba intacta y a salvo de salteadores.

Abrir la boca es dejar la tarjeta de crédito en manos del odontólogo de turno, la seguridad social no contempla como subvencionables las prótesis de nuestra quijada y sin embargo si lo admite para prótesis del resto del cuerpo, hay caderas reconstruidas, rodillas reparadas y cuantas piezas sean necesarias para convertirnos en robocop pero nada que alivie nuestra sonrisa e impida que nuestro estomago haga un trabajo que no le corresponde, porque no nos olvidemos que no masticar bien supone malas digestiones, acidez de estomago y posiblemente una halitosis capaz de producir victimas colaterales. Cabe preguntarse si el precio de una cadera no pueden aplicarlo también  a otra parte del cuerpo como es la boca y tan visible como la sonrisa, la autoestima subiría, la seguridad social se ahorraría ansiolíticos, antidepresivos, recetas contra males de estomago y además se crearían puestos de trabajo o como mal menor poder desgravar las facturas del dentista  en la declaración de la renta.

A mi barrio las clínicas dentales están naciéndole como margaritas en primavera, nuevos y magníficos locales con bocas perfectas en sus ventanales  y cartelones de si usted no sonríe es porque no quiere acomplejan al más pintado, aquí cuando un buen local está de reformas puedes dudar entre una panadería con degustación o la clínica de implantes marfileños con primera revisión y presupuesto gratuito, pero no se te ocurra entrar porque saldrás tan encogido como si el botón de camisa lo llevaras abrochado en la bragueta y con angustia en los trigéminos convencido de que si no te implantas tendrás la dentadura igual que el rosario de tu madre.

No sabemos si alguien ha valorado el ahorro en medicamentos que supondría el tener todos una boca perfecta, pero como esto sigas así habrá que pensar en un mercado de dentaduras de segunda mano  e implantolgía  reciclada y para que nadie se me adelante, yo me pido la de mi amigo el tertuliano que como es mayor y no le ha quedado dinero para darle mucho trabajo la va dejar seminueva y al estar en rodaje aún tendrá la garantía en vigor, o de otra manera: hacer como mi padre con su amigo Quintín que eran tan amigos que decían se prestaban la dentadura y comían con ella un rato cada uno.

   EL PIANO DE LA BOCA SIEMPRE TIENE ALGUNA TECLA DESAFINADA
                                                                                           J. Hernández

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona