Si alguien me atraca (decía un contertulio) defenderé con
uñas y dientes lo más valioso que llevo encima; lo demás me importa poco pero
mi dentadura que no me la toquen porque en ella llevo invertido todo mi
patrimonio, pero… pensándolo bien añadía: no se para que la quiero si ya no me queda dinero para darle de comer,
la carcajada fue general todos en el fondo le dimos la razón y mas de uno
apretó los dientes confirmado que su caja fuerte estaba intacta y a salvo de
salteadores.
Abrir la boca es dejar la tarjeta de crédito en manos del
odontólogo de turno, la seguridad social no contempla como subvencionables las prótesis
de nuestra quijada y sin embargo si lo admite para prótesis del resto del
cuerpo, hay caderas reconstruidas, rodillas reparadas y cuantas piezas sean
necesarias para convertirnos en robocop pero nada que alivie nuestra sonrisa e
impida que nuestro estomago haga un trabajo que no le corresponde, porque no
nos olvidemos que no masticar bien supone malas digestiones, acidez de estomago
y posiblemente una halitosis capaz de producir victimas colaterales. Cabe
preguntarse si el precio de una cadera no pueden aplicarlo también a otra parte del cuerpo como es la boca y tan visible
como la sonrisa, la autoestima subiría, la seguridad social se ahorraría ansiolíticos,
antidepresivos, recetas contra males de estomago y además se crearían puestos
de trabajo o como mal menor poder desgravar las facturas del dentista en la declaración de la renta.
A mi barrio las clínicas dentales están naciéndole como
margaritas en primavera, nuevos y magníficos locales con bocas perfectas en sus
ventanales y cartelones de si usted no
sonríe es porque no quiere acomplejan al más pintado, aquí cuando un buen local
está de reformas puedes dudar entre una panadería con degustación o la clínica
de implantes marfileños con primera revisión y presupuesto gratuito, pero no se
te ocurra entrar porque saldrás tan encogido como si el botón de camisa lo
llevaras abrochado en la bragueta y con angustia en los trigéminos convencido de
que si no te implantas tendrás la dentadura igual que el rosario de tu madre.
No sabemos si alguien ha valorado el ahorro en medicamentos
que supondría el tener todos una boca perfecta, pero como esto sigas así habrá
que pensar en un mercado de dentaduras de segunda mano e implantolgía reciclada y para que nadie se me adelante, yo
me pido la de mi amigo el tertuliano que como es mayor y no le ha quedado
dinero para darle mucho trabajo la va dejar seminueva y al estar en rodaje aún tendrá
la garantía en vigor, o de otra manera: hacer como mi padre con su amigo
Quintín que eran tan amigos que decían se prestaban la dentadura y comían con
ella un rato cada uno.
EL PIANO DE LA BOCA SIEMPRE TIENE ALGUNA
TECLA DESAFINADA
J. Hernández
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