Me estoy haciendo comodón, me lo noto pero al mismo tiempo
deseo serlo aunque el espíritu me diga que aún puedo dar mucha guerra. No
quiero problemas quiero vivir en paz me
dice mi acomodaticio cuerpo mientras la mente se revuelve para decirme que ese
no es el camino que luchar y enfrentarse es lo que me ha mantenido en forma y
que abdicar de este estado es entregar la bandera de la rendición por la edad.
La verdad es que es comodísimo dejar que los demás carguen
con tus obligaciones pero un regusto enmohecido se empieza a destilar a mi
alrededor, algo me dice que la comodidad y la edad quedan prendidas a la
dejadez, que el dejar pasar el tiempo es un síntoma de que estoy empezando a
ser realmente viejo y que de ahí a estar echando de comer a las palomas solo
hay un paso, nunca me preocupó la fecha en mi carnet de identidad pero hay
cosas que me obligan a pensarlo o a lo mejor es que soy realmente viejo y yo no
me había enterado hasta ahora, tengo dudas de mis mismo, sigo conduciendo sin
ningún problema, intervengo en un montón de historias que pasan a mi alrededor,
camino con cierta agilidad y mi corazón aunque reparado sigue carburando como
siempre, entonces ¿Qué me pasa?
Es cosa de la edad o es más bien de la edad de los sistemas,
ya no puedo contestar cartas porque los sistemas han cambiado, cualquier
diligencia ha de ser electrónica, las maquinas sustituyen a las personas en los centros de trabajo y organismos
oficiales, el móvil sustituye las tertulias,
la entrada del teatro ya no te permite discutir por la ubicación, el
periódico ya no se lee en papel y el amigo te dice que le mandes un email para evitar
perder el tiempo en encontrarnos. Si ir contra todo esto es ser viejo yo lo
voy hacer constar como profesión en mi
carnet de identidad, la vida no puede estar marcada por la electrónica, mis hijos no se hacen
cargo de mis problemas por falta de lucidez si no porque los medios ya no son
los de mi tiempo y aunque yo no quiera aceptarlo el sistema desplaza a los que
no comulgamos con su padrenuestro y así poco a poco me voy desconectando de la
actualidad, a eso se le llama ser viejo.
Pero conmigo lo tienen claro, si hay que discutir se discute
empleando mis medios, si he de hablar no lo hago a través del móvil, si he de
mandar un escrito sigo encabezando con el Muy Sr. Mío y si alguien trata de
menospreciar por la edad a mi o a los míos, ya le anticipo que ha dado en hueso
aunque luego sean mis hijos los que tengan que poner remedio a la situación.
¡Qué le vamos a hacer ¡ yo nací asi.
EL TREN DE LA VIDA SOLO TIENE UNA
ESTACIÓN
J. Hernández
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