lunes, 30 de septiembre de 2019

MIENTRAS DURE LA GUERRA


Cuando el presidente de Cataluña fomenta la crispación y pide la libertad de los políticos detenidos me da la sensación de que enciende una vela a Dios y otra al diablo, el señor Torra sabe perfectamente que para él los presos son rehenes de sus propias veleidades,  que su egolatría quedaría desdibujada  y si alguno de ellos estuvieran en libertad  sus enfrentamientos contra una buena parte del pueblo catalán quedarían deshilachados. No sé si el Sr. Torra ha pensado alguna vez seriamente en su idílica independencia ni si el frente “hostil” lo situaría en el paseo de Gracia o la mismísima plaza de San Jaime, quizá debiera de bastarle con repasar la historia y si como ahora se asegura juega a apagar incendios a manguerázos de gasolina tendría que tener en cuenta que el reguero podría  llegar a quemarle los pantalones.

Desde Madrid el Sr. Sánchez monta un aquelarre  queriendo sacar de la tumba el fantasma del dictador  o lo que es lo mismo poniendo en presente años de luchas fratricidas y holocaustos de la dictadura, unos y otros se empeñan en añadir capítulos a una guerra que habíamos dando por terminada, sacando mortajas que fomentan la división y estandartes de una guerra partidista que deja desamparados a los ciudadanos que ellos dicen defender.  Esta es una guerra de perdedores, nadie quiere hacer triunfar  la razón y el bien común. Mientras dure la guerra la película de Amenábar nos devuelve al presente, teniendo como base la frase del vasco Unamuno: venceréis pero no convenceréis,  en la película no sé si se recoge la figura de aquel obispo que estando presente guardó silencio siendo catalán y paseó después  a Franco bajo  palio y catapultó su aventura denominado como cruzada una guerra fratricida, nuestros políticos se empeñan ahora en retomar aquellos hechos y ya puestos  no estaría de más tampoco recordar que fue este dictador y su gente quien propició la industrialización de Cataluña y el país vasco haciendo emigrar a gran parte de la población de la España mal llamada nacional.

Mientras dure esta guerra es el pueblo  el que sigue en la trinchera pero ya no sabe cuál es el lado bueno ni de que enemigo tiene que defenderse, el maremágnum de banderas y consignas lo está llevando al caos, la idea de pasar a la retaguardia es ya un pensamiento general mientras deja desguarnecidas en la retirada las posiciones que tantos años y sacrificios costó reconquistar.

LA MEMORIA HISTÓRICA BUSCA MUERTOS ENTRE LOS VIVOS



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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona