sábado, 5 de octubre de 2019

LOS CALZONCILLOS DE LA GITANA


Los calzoncillos de la gitana serán muy modernos pero es como si llevar un cilicio en tiempo de cuaresma, por ellos tengo las ansias dormidas y la entrepierna en depilación constante, a cada paso una sierra desdentada me obliga a espernancarme  cual vaquero sin caballo,  eludir el pellizco representa lanzar coces a derecha e izquierda como si tratara de espantar moscas con los cascos,  para  cambiar la carga tengo que buscar un sitio discreto pues tocarme la entrepierna es de mala educación y todo por estos puñeteros peleles  que más parecen cinturón de castidad en época de cruzadas que enervantes jubones masculinos.

La culpa es de la gitana que se pone a vender ropa intima a la puerta del supermercado, es ella y nada más que ella la culpable de mi desgracia,  al pasar a su lado doy siempre un respingo pero ella inmutable sigue allí ere que ere pregonando desde su carrito los tentadores estuchitos de tres unidades por un módico precio y …digo yo si no podía vender trapos de cocina, alfombres para el coche o plumeros para tubos de escape, pero no; la buena señora ahí sigue  con esa sonrisa malévola de quien disfruta de la desgracia ajena y tiene sometida a toda la generación varonil del barrio al martirio del escozor.  Para mi consuelo veo que no soy el único, en este barrio andamos todos con la pata vuelta buscando el equinoccio para ponerlo a salvo  y no falta quien entre dientes ahogue sus penas mascullando un improperio al paso de la interfecta, definitivamente la puñetera gitana a cambiado la manera de andar de los hombres del barrio y ya sean barrigudos, cargados de espaldas o canijos en vendimia todos andamos a lo Gery Cooper en Solo ante el peligro, las pistolas no nos hacen falta porque las manos no van precisamente a las caderas y el andar desgarbado lo hemos sustituido por una marcada tendencia entre RoboCop y muñeco articulado. Pero mi desgracia tiene muy larga fecha de caducidad, hoy me han dado  sudores cuando he visto en el armario una previsión de estuchitos como para poder abastecer   las necesidades del cuerpo de legionarios y es que la puñetera gitana se ve que me ha cogido manía y le ha endosado a mi mujer una oferta de 2X1.

Los puñeteros calzoncillos no digo que no sean modernos y de buena calidad, pero tan exquisitos que el contenedor del ponedero está rematado en zic-zas con una especie de fibra de hilo de pescar y son tantos los vaivenes y tantos los escozores de las partes nobles que al final el andar se convierte en un pugilato intertesticular que siempre termina en tablas y acabas pidiendo la hora, lo paradójico del caso es que cuando mi mujer aboga por la economía de mercado yo gasto mas en cremas y en polvos de talco que el ahorro que para ella supone una oferta irrenunciable.

EL CALZONCILLO MODERNO ES UN PARCHE PIRATA METIDO A NIDAL
                                                                                                        J. Hernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona