martes, 7 de enero de 2020

CENTINELAS DE MI VIDA


Su silueta se dibuja en el  contra luz de la ventana teniendo como fondo una Barcelona iluminada por las luces navideñas, atisba el horizonte mientras su mente juega en pretérito dando saltos por el calendario de los años, lo veo tranquilo, su barba recortada se asemeja a la quilla del barco que otea vientos y previene borrascas mientras en su bodega se acuna un cargamento delicado , simulo estar dormido para que el centinela se retire a descansar, se inclina sobre mí, noto su respiración cerca de la mía cuando intenta confirmar  la ausencia de dolor, se retira sigiloso evitando el ruido que produce su sillón al recostarse mientras la noche sigue siendo eternamente medida por el goteo del reloj de agua que pende de la cabecera de mi cama.

Al punto de la mañana le llega el relevo, comparten novedades, el recién llegado nervudo siempre y nervioso ahora absorbe con premura la situación, hoy será el día D. Pruebas indagaciones, controles y consensos, determinaran que el tic tac de mi corazón a de corregirse manualmente. El equipo médico ha dejado un tatuaje mas en este cuerpo mío que envejece a base de acumular piezas de recambio, la culata de mi revolver tiene otra muesca en mi lucha personal con la vida y aunque herido en la femoral como torero en plaza de primera salgo aupado por las asistencias cual tarde de alternativa, el revolcón ha sido espectacular, lacerada e inmovilizada mi clavícula izquierda hacen de mi un D. Tancredo tumbado que empujado por las asistencias se abre camino por los pasillos camino de la recuperación.

Mi centinela personal  ha hecho guardia en la puerta de la enfermería, me recibe con un olé que quiere ser de ánimo ante la voltereta recibida, lo veo tranquilo e inquisidor,  recopila detalles pide instrucciones y asimila resultados, conociéndolo se que por dentro amaga nervios e incertidumbres que no se permite exteriorizar, me recuerda que pese a mi inclinación por el reciclase me han implantado una pieza original. Es el último día del año esta tarde se anuncian las mujeres de la familia, espero a mi esposa que sola en casa y con el susto en el cuerpo habrá tenido conversación con un sillón vacío contestada solo por el eco de una casa sin sombra con la que regañar ni consorte a quien alimentar.

Mis nietas han llegado a la hora de la cena y se toman tan a pecho el darme de comer que me empanzonan  y me empapuzan cual pato para foie gras como si de ello dependiera el levantarme antes de la cama, mi mujer trata de poner medida en la contienda pero lejos de conseguirlo ríe el lance y me abandona cual victima obligada de tan dulce infortunio. La noche se va cerrando y todo parece indicar que los relojeros han trabajado bien, de seguir así mañana saldré del hospital, es el ultimo día del año, a través de la ventana Barcelona estalla en mil colores y yo desde mi cama contemplo de nuevo la silueta recortada de mi celador nocturno al tiempo que una enfermera nos interrumpe para ofrecernos las uvas de la suerte.

AÑO NUEVO Y VIDA NUEVA, BUSCA EL SOL AUNQUE AHORA LLUEVA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona