Se lo llevan ya los hijos
Con sus mudas y trebejos
Mas
que había el de hacer
Si
están solo cuatro viejos
Aguantó
más por los hijos
Pues
todos han ido lejos
Y
los años ya son muchos
Y
los brazos ya van viejos
El
huerto todo en barbecho
La
tená pa que contarte
Si ya no tiene ni
techo
Las
cochineras sin madres
Y
en la cuadra ya no hay heno
Pues las vacas al fin fueron
En
camión al matadero
Y
entelada está la jarcia
Pues
las arañas tendieron
Sus
tules en las ventanas
Queriendo
filtrar el viento
¡Hay!
Gran casona de piedra
Dote
de su casamiento
Paridera
de zagales,
Y
nidal de su sustento
Echado
quedó el cerrojo
Y Ahogó en él su lamento
Recordando
a su mujer
Ausente
desde hace tiempo.
Llegado
a la gran ciudad
Y
roto el primer encuentro
Sus
hijos no lo son ya
Son
los padres de sus nietos.
Añora su lindo pueblo
El
de estorninos a cientos
Y
el agua de su arroyuelo
Y
su olor a menta intenso
El
charlar con sus vecinos
A
la fresca del verano
Recordando
chascarrillos
Entre
petaca y cigarro
Peregrina
a cada hijo
Y
a todos ve que molesta
Y
escucha alguno que dijo:
Más
que abuelo es una cesta
Que
agradeces si está llena
Y
vacía te molesta
Y
no le encuentran rincón
Ni
silla donde estar puesta
¿Donde
dejaron sus hijos
Aquellas
promesas hechas
Cuando
le vieron sufrir
Al
darse mal la cosecha?
¿De
qué sirvió el sacrificio
De
darles a todos carrera
Si
del tener hacen vicio
Y
del amor la quimera?
Volvió
la vista hacia atrás
Y
ahogando en pena su alma
Pidió
a Dios regresar ya
A
la tierra con su amada
Se
vio pronto en su sillón
Dormitando
en la cancela
Su
fiel perro, como no
A
sus pies; lamió su pena
Y
acariciando su lomo
Vagó
su mente; serena
Y
recordó casi todo
Más
todo con cierta pena.
Durmió
el sueño profundo
En
su casa, en su hacienda
Cerrando
el libro del mundo
Abrió
el de la conciencia.
J. Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás