Desiderio
(Desi para los amigos) es un ser entrañable, me había prometido una obra que la
maldita pandemia dejó en suspenso, hoy me llamó para decirme que me esperaba en
su casa para entregármela, nos hemos visto después de muchos meses. La amistad con Desi se gestó en el grupo de
pintura, su historia personal la reprodujimos en un espléndido cuadro al que él
se consagró en cuerpo y alma durante muchos meses, el lienzo tiene como fondo
una biblioteca, en primer plano una mesa
donde la abuela con un libro abierto explica a su nieta la historia
familiar, en el ángulo izquierdo en la pared la bandera republicana y el banderín que
en homenaje a su abuelo recorrió los frentes de la guerra civil en la mal
llamada zona “roja”, una banderita independentista al alcance de la nieta se
posa sobre la mesa.
Los balcones
de la casa de mi amigo Desiderio lucen la bandera catalana y el lazo amarillo
en pro de la libertad de presos, hoy no solo me ha entregado el cuadro
prometido sino que además ha mutilado su colección de sellos para obsequiarme
con uno muy antiguo con la vista de Salamanca desde el puente romano y otro de
dimensiones extraordinarias con la reproducción del Guernica que en conmemoración
del centenario de Picasso se lanzó en edición limitada con un valor facial de
200 pts. El cuadro que me ha regalado es un campo de olivos, lo preside un hermoso
y viejo ejemplar que hunde con fuerza sus raíces en una tierra rojiza que
apisonada por el paso del tiempo imprime una fuerza extraordinaria a la
composición, al fondo se intuye una besana poblada de olivos más jóvenes que se
pierden en el infinito.
Han tenido
que pasar más de setenta años para que nuestras vidas confluyan, en el caso de
Desi, catalán de pro, abierto al dialogo,
generoso en sus afectos y guardián de sus tradiciones, en mi caso,
castellano viejo cerrado de costumbres y opaco a los cambios de mente,
hubiéramos parecido la antítesis del entendimiento, pero uno y otro distantes
en apariencia hicimos de la comprensión y el respeto mutuo la bandera de nuestra
convivencia. Hoy cuando abandonaba su casa no pude por menos de volverme hacia
su balcón y algo me dijo que una misma bandera puede acunar distintos
sentimientos. ¡Gracias Desi!
EL CEREBRO DEL ÁRBOL ESTÁ EN
LA TIERRA
Un placer leer estas palabras tan bonitas. Espero volver a vernos pronto, hablar, pintar y compartir más momentos juntos amigo!
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