domingo, 1 de noviembre de 2020

LAS RAICES DEL ARBOL

 

Desiderio (Desi para los amigos) es un ser entrañable, me había prometido una obra que la maldita pandemia dejó en suspenso, hoy me llamó para decirme que me esperaba en su casa para entregármela, nos hemos visto después de muchos meses.  La amistad con Desi se gestó en el grupo de pintura, su historia personal la reprodujimos en un espléndido cuadro al que él se consagró en cuerpo y alma durante muchos meses, el lienzo tiene como fondo una biblioteca, en primer plano una mesa  donde la abuela con un libro abierto explica a su nieta la historia familiar,  en el ángulo izquierdo en la  pared la bandera republicana y el banderín que en homenaje a su abuelo recorrió los frentes de la guerra civil en la mal llamada zona “roja”, una banderita independentista al alcance de la nieta se posa sobre la mesa.

Los balcones de la casa de mi amigo Desiderio lucen la bandera catalana y el lazo amarillo en pro de la libertad de presos, hoy no solo me ha entregado el cuadro prometido sino que además ha mutilado su colección de sellos para obsequiarme con uno muy antiguo con la vista de Salamanca desde el puente romano y otro de dimensiones extraordinarias con la reproducción del Guernica que en conmemoración del centenario de Picasso se lanzó en edición limitada con un valor facial de 200 pts. El cuadro que me ha regalado es un campo de olivos, lo preside un hermoso y viejo ejemplar que hunde con fuerza sus raíces en una tierra rojiza que apisonada por el paso del tiempo imprime una fuerza extraordinaria a la composición, al fondo se intuye una besana poblada de olivos más jóvenes que se pierden en el infinito.

Han tenido que pasar más de setenta años para que nuestras vidas confluyan, en el caso de Desi, catalán de pro, abierto al dialogo,  generoso en sus afectos y guardián de sus tradiciones, en mi caso, castellano viejo cerrado de costumbres y opaco a los cambios de mente, hubiéramos parecido la antítesis del entendimiento, pero uno y otro distantes en apariencia hicimos de la comprensión y el respeto mutuo la bandera de nuestra convivencia. Hoy cuando abandonaba su casa no pude por menos de volverme hacia su balcón y algo me dijo que una misma bandera puede acunar distintos sentimientos. ¡Gracias Desi!

                  EL CEREBRO DEL ÁRBOL ESTÁ EN LA TIERRA 


1 comentario:

  1. Un placer leer estas palabras tan bonitas. Espero volver a vernos pronto, hablar, pintar y compartir más momentos juntos amigo!

    ResponderEliminar

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona