Tengo yo por condición gastar zapatos holgados
quizá por no ser calzados por mí en primera opción
y es que por mi posición ya me llegaban gastados
o más bien a fuer domados rompiendo así mi ilusión.
Dos números más calzaba el mayor de escalafón
que madre solucionaba con plantillas de cartón
unos calcetines gordos y un embrollo de algodón.
La lluvia cuando agostaba me sumía en desazón
pues en avancarga se entraba empapando el algodón
mi madre erre que erre persistió en la solución
y aquí me tienen ustedes con los pies de Agamenón
sin callos y con zapatos y sin gastar algodón.
Y es que ahora cuando llueve y presiento remojón
yo me cambio de zapatos y me hago el remolón
y poniendo vista al cielo recordando la lección
siento yo como mi madre me ofrece aún su algodón
y con picara sonrisa ya no me añade el cartón
pues dice que siendo padre el cartón lo ponga yo.
J. Hernández
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