miércoles, 27 de abril de 2011

ERA UNA TRANCA RUGOSA


Era una tranca rugosa
Un leño, robusto y negro
Con estilo barroqueño
Y hechuras de mire Ud.

Se atravesó el puñetero
Y a modo de aquí te espero
Se rió del aguacero
Que la cisterna espetó

El agua dale que dale
El leño que aquí estoy yo
Y no valieron los baldes
Con que el amo lo hostigó

En esto vino la Loles
Y al cielo, se encomendó:
Me valgan todos los santos
Dios mío ¡Que tarugón!

¡Cómo pudo cuerpo sano
Deponer este estacón!
Si más parece una rama
O el mango de un azadón

Y mesándose el cabello
Por la explanada gritó
Invitando a quien quisiera
A sumarse a su estupor

Calmadas fueron las aguas
Formamos la comisión
Y tras llegar a un consenso
Hallamos la solución:

Del deudo no fue la culpa
Del leño tampoco, no 
El cuerpo tuvo un okupa
Y el dueño no se enteró

La culpa sin duda alguna
Fue del asiento, señor
Por no cumplir con holgura
Para el fin que se creo´

Y dictada la sentencia
El troco se cercenó
No digo si guillotina
O si a garrote murió

Mas cuentan las malas lenguas
Que al pasarse de estacón
Anunciaron en la prensa:
¡Ha cagado Salvador!

 ..........................................................................................................
El amable lector tendrá que perdonar mi atrevimiento pero una especie de apuesta puso en entredicho la publicación de esta anécdota y uno que es de pronto fácil puso la pluma en el empeño y a modo de Quevedo improvisado he querido dejar constancia de este hecho que sin requerir presencia de galeno sí que pareció en algún momento necesitar concurso de partera.

Nota: Los nombres de los protagonistas son invención del autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona