martes, 14 de marzo de 2023

PEPE BOTICA O LA LLAMADA IMPOSIBLE

Me llamaron amigos, familiares y compañeros de actividades, recibí y anoté bromas por lo extraño de nacer en bisiesto y no faltó quien hiciera coincidir cuando las dos agujas de reloj apuntaban a las doce de la noche para restarme exculpaciones por la no celebración de mi onomástica, pero años después echo de menos una llamada ahora imposible.

José Eduardo fue un primo un tanto especial, dotado especialmente para el deporte dejó muy a su pesar sus aficiones para dedicarse a la medicina, se doctoró en otorrinolaringología  y tuvo en mi al exponente más cercano de su actividad cuando se presentó en casa acompañado de su esposa (entonces novia) Maribel y sin muchos preámbulos me hizo sentar en el sillón de nuestro comedor y allí mismo me extrajo las amígdalas improvisando como depresor una cuchara de la cocina.


Desde entonces siempre tuvimos una relación un tanto extraña, la diferencia de edad y de cultura no nos permitía ni mucho menos compartir ambientes ni aficiones, pero había una cosa en la que nunca fallaba: llamarme el día de mi cumpleaños para reírnos un rato de aquel lance que nos unió y sobre todo  recordar que en mi estado nadie se quería hacer responsable  del éxito de la operación. Mi primo José Eduardo más conocido por Pepe Botica murió hace ahora seis años pero no por eso dejo de acordarme de su puntual llamada  y su carcajada cuando yo cerraba la conversación recordándole el dicho popular que circulaba por el entonces hospital provincial: Hay tres pepes que relucen más que el sol, Pepe el cura, Pepe botica y Pepita la de admisión.





Pepe botica, fue un gran deportista de cuando el atletismo se practicaba  con alpargatas de esparto, su complexión le permitía practicar atletismo en sus mas distintas facetas, buen baloncestista y extraordinario lanzador dejabalina, mantuvo varios records provinciales durante años y nunca dejó de presumir sobre todo de su Salmantinismo, la sierra de Gredos era su espacio natural y sobre todo no rehuía nunca de su apelativo “botica” que le fue sobrevenido por el trabajo desarrollado por su padre en una farmacia existente entonces en la calle Zamora muy cerca del convento de la Trinidad en una época donde los tarros, matraces, pipetas,  mortero,  balanza de precisión, mechero de carburo y autoclave entre otros eran el utillaje imprescindible de cualquier botica para elaborar larecetas magistrales de la época. Es muy posible que entre los galenos que dispensaban aquellos preparados algunos estuvieran firmados por los que luego fueran sus maestros Doctores Cañizo Adradospero Pepe botica lo recuerdo también un día después de una prueba atlética, en el viejo Calvario no había duchas pero “El botica” lo solucionó agitando un joven árbol que crecía a la puerta del gimnasio hasta conseguir que de sus hojas se desprendieran las gotas de lluvia que acababa de caer, ¡Claro! Que la ducha fue también para todos los que estaban cobijados a su alrededor que hubieron de salir en desbandada en medio de grandes carcajadas 



 EN LA REBOTICA SE COCINABA LA SALUD

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona