miércoles, 4 de mayo de 2011

PASANDO LOS NOVENTA (Dos historias reales dos recuerdos entrañables)

Mi tío no puede envejecer, mi guerrero del antifaz no es posible que haya dejado que el tiempo pasara para él, su tez morena, su cara delgada y su media sonrisa están camuflados detrás de  las velas que presiden la  foto; él no puede haber cumplido 91 años.

Dos luchadores por vía materna siguen manteniendo en alto la fuerza de la sangre, hasta Canadá se fue la que hoy presume de ser la más longeva de su entorno con más de cien años, la hermana de mi madre sigue cantando y contando que salió de un pueblecito de Castilla llamado Santiz, que se embarcó para Canadá recién casada y que al llegar allí se encontró con un idioma, un pueblo y unas costumbres desconocidas pese a lo cual consiguió abrirse camino a base de esfuerzo y no pocos sacrificios.

Visto desde aquí mi tía  y su familia vivían en un paraíso que decían existía al otro lado del mar idealizado desde una España de posguerra de estraperlo y racionamiento. Las noticias del Canadá llegaban siempre en un papel blanquísimo casi perfumado con unos sellos a todo color con  el poderoso  símbolo del dólar en sus esquinas y Montreal en el remite.

Mi tío me hizo sentir importante delante de mis amigos, conducía unos coches de línea que a mí me parecían enormes en una España donde tener bicicleta era un lujo, una vez casado y con muchísimo esfuerzo montaron su empresa pagando con horas de sueño la falta de medios y apretando los dientes cuando la brújula de su instinto no acertaba con el rumbo adecuado; pero el objetivo era uno: había que salir adelante, no había otro horizonte.

Mis dos personajes son reales y como toda su generación  referentes directos y  ejemplo de supervivencia, en ellos está la mejor escuela de esta  historia llamada futuro embarrancada ahora en el capítulo  de la crisis donde el paro se extiende como la plaga del siglo XXl con casi cinco millones de parados y a la que nadie encuentra  salida, pero donde la asignación por desempleo se contempla ya como un complemento salarial.

Cuando escucho que la gente está pendiente de consumir el tiempo máximo que permite la ley para seguir “cobrando el paro” antes de regularizar su situación me da la sensación de haber creado un colchón de seguridad artificial que adormece el espíritu emprendedor que todos deberíamos  llevar dentro.

NO ES NECESARIO ACUDIR A LAS HEMEROTECAS CUANDO LA HISTORIA ESTA EN NUESTRA CASA, LO MALO ES QUE “LEEMOS” POCO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona