Perdonen mi atrevimiento o si quieren no me lo perdonen, ya llegará el momento de confesarme cuando la Iglesia se ponga otra vez de rebajas dentro de dos años. Si Lutero hubiera vivido en estas fechas le habría bastado acercarse hasta El Retiro, arrodillarse en un confesionario de última generación y le habrían “desexcomulgado” para que pudiera seguir siendo bueno. No tenemos estadísticas para saber si ha habido o no muchas “desexcomulgaciones” pero no es serio este excomulgar de quita y pon, no es serio que a la gente se la maldiga con el infierno eterno por haberse encontrado en situación de riesgo o haber tenido que abortar para evitar males mayores y ahora de buenas a primeras se les diga que con un Ave Maria Purísima se les libera de un daño moral muchas veces insuperable y las más de las veces arrastrado como una losa que la conciencia y la Iglesia no ha dejado de recordarles como un angustioso crimen.
Tampoco podemos saber si sólo tenían que arrepentirse las mujeres que son las que evidentemente padecen el aborto en sus carnes o también los maridos o amigos que pecaran con ellas, no hemos visto confesionarios multiplaza como sería lo lógico para casos así y no sabemos cómo se arregla el entuerto si uno de los dos no se confiesa o si en este caso la excomunión se parte por la mitad o se otorga por indiviso. No es serio este cambalache, no se puede condenar alegremente a la pena máxima según la Iglesia para después otorgar indultos con una puesta en escena teatral y esperpéntica donde la publicidad adquiere ecos inquietantes por su falta de consistencia. ¿Serían tantos los jóvenes abortistas para tener que incluir el perdón de la excomunión en sus jornadas madrileñas o eran un eslogan para llenar El Retiro y amortizar los gastos en confesionarios? ¿Tendremos una próxima oferta de 2x1?
Puede entenderse perfectamente la falta de vocaciones que padece esta Iglesia de oropel, incensario y despilfarro, si uno es consecuente con los principios de la Iglesia de Jesucristo difícilmente entenderá la desproporción en el gasto, la ostentación de poder y el alarde de medios como los que se han empleado en estas jornadas llamadas de la juventud pero que en el fondo no parece sino un encuentro mundial de Boy Scout durante una semana con gastos pagados en la que tratasen de captar líderes que mantengan en alto el estandarte del próximo enganche.
CADA VEZ ME CUESTA MAS RECONOCERME EN ESTA IGLESIA
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