La mañana se presentó un tanto
fría pero así y todo el camino fue como siempre entretenido y conversador el
propio recorrido nos presta sus temas de conversación mientras el resto de los
caminantes pasan a nuestro lado mostrando cierta extrañeza y en algún caso desplazándonos
como estorbos inútiles en la trayectoria de los épicos marchadores que a fuerza
de brazo arrastraban con ellos a sus renqueantes vástagos que antes que caminar
parecen dejarse llevar hasta una meta ineludible establecida de antemano.
Nuestra marcha no lo marca el
reloj si bien la densidad de los caminantes nos hacen entender que nuestro
tiempo está dentro de lo establecido, un
pájaro, una hoja caída, un color, un efecto luminoso o un insecto traen
emparejados una serie de porqués; todo
vale todo tiene sentido todo contiene
una fabula todo sirve para una historia nada es ajeno a la curiosidad de mi infantil
compañera.
A nuestro alrededor la gente sigue
caminando contra reloj no hay tiempo para conversar solo el sonido de algún móvil reclamando urgencias, solo el brazo de
una grúa humana que tira a remolque del futuro, la prisa parece querer
adelantar a la propia sombra antes de llegar a la cinta de llegada y mientras tanto mil
razones que hablan de dialogo, interrelación,
amistad, condescendencia quedan
anuladas con solo despuntar el día.
A la llegada al colegio los ansiosos del móvil y la Pley nos esperan agolpados en la puerta reclamando entre si los minutos perdidos por la espera y una vez se produce la entrada y liberados ya del peso que los mantenía anclados a la acera se organiza una desbandada en pos de ese trabajo o ocupación que proporcionará los medios económicos con los que sus hijos adquirirán una educación que los haga mejores personas, los mismos que el día de mañana deberán integrar una sociedad más solidaria mas compartida y más generosa los mismos los momentos antes veían como sus padres discutían con alguien que interrumpía el paso de su vehículo, atravesaron un semáforo en rojo amparados por las prisas, les empujaron por conseguir que entraran delante de los demás mientras recibían un abrazo que impregnaba sus ropas con olor a tabaco o el aliento del carajillo familiar, esos mismos padres que entienden que es el colegio quien educa ellos cumplen con dejarlos en la puerta.
Me preocupa ese camino hasta el
colegio me hace pensar si ese es el mismo camino de la vida que espera a nuestros
nietos y sobre todo si conseguirán su hueco en la selva que les espera.
COLEGIO Y ESCUELA DE CASA SE
LLEVA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás