Pepe Rubianes nos engañó, nos dijo que dejaba de actuar y lo que ha hecho es el mejor mutis de su carrera, la carcajada que debe de haber soltado en el trasfondo del teatro de la vida debe haber roto todos los esquemas del lenguaje teatral y las Ramblas donde solía actuar deben estar aplaudiendo su mejor salida por el foro.
La última obra representada nos ha sorprendido a todos; el inesperado final ha sido con mucho el más espectacular de su carrera, acorde con su manera de ser y consecuente con su forma de actuar. Pepe con este esperpento pone broche de oro a su retirada o si ustedes quieren pone el fin más inesperado a su biografía y será de las pocas ocasiones en las que no podrá opinar y la única de la que es protagonista sin estar en escena.
El alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote, no tendrá fácil resarcirse de su demanda a pesar de que el juez le de la razón y es que este Pepe, excesivo siempre en sus formas y en sus frases, antes de ver retocado su monologo por la justicia ha sido capaz de esconderse al otro lado del telón marmóreo con tal de seguir soltando su risotada quebrada, aguardentosa y nicotinera.
D. Julián, ya le decía yo en otro escrito sobre los dichosos papeles que tendría que haber protestado más bien contra el organismo que organizó la exposición del regreso de los documentos aquí en las Ramblas de Barcelona, pero me da la impresión de que se equivocó de acera y en lugar de hacerlo a la derecha donde estaban expuestos los legajos, se me fue a la de la izquierda donde actuaba Rubianes y ahí se nos perdió la ocasión de protestar enérgicamente por la mala imagen que de Salamanca se estaba dando tratándonos de incultos, zafios y tercermundistas.
Para otra será, Sr. Lanzarote, pero procure no errar el tiro y asegure que el punto de mira no se le valla al infinito.
Ya lo dijo D. julio Anguita : en este país, la justicia es un cachondeo.
ResponderEliminarEs inconcebible que al cabo de dos años, si no recuerdo mal, de la muerte de un sujeto, la justicia haya seguido funcionando y gastando dinero del contribuyente para decirle a una alcalde que sí, que tenía razón, y las declaraciones del muerto constituían insulto.
Y luego hablan de que tenemos que ahorrar para solucionar la crisis.
Parafraseando a Unamuno ¡que ahorren ellos!.
A ver si al final a Rubianes le cantaremos aquella de Peret qu e decía : que no estaba muerto, que no, que estaba tomando cañas!.
Desde aquí vuelvo a solicitar la participación del respetable. Hay que darle vida al blog y sólo se consigue participando en él.