Frágil,
fuerte, delicada
elegante,
sobria, acicalada
dama coqueta, profe y ufana
bruñidora de letras, poeta cristiana.
Cambiaste tu
grupo de historias cercanas
por declamar
ante Dios tu Corpus, tus ganas
de hacer
bueno el mundo con rosas y palmas
sembrando de
estrofas el jardín de las almas.
Hemos
perdido a una gran compañera, mujer fuerte en un cuerpo frágil, mantuvo siempre
una envidiable actividad, sus muchos años
y sus ganas de vivir fueron siempre para nosotros un acicate. Su recio carácter
y su personalidad la harán insustituible entre nosotros pues no había palabra
malsonante que perdonara ni falta de obligación que no recriminara. Isabel,
maestra de todo y adorable compañera gustaba de mi viejo castellano del que en
ocasiones hube de aclarar algún significado pero siempre con un mohín de
aprobación donde sus brillantes ojos y su sonrisa median el grado de
convencimiento.
Gran dama en
porte y ademanes, ocultaba sus más de noventa años con una pulcritud exquisita,
su voz quebrada y fuerte y su peculiar forma de recitar hacían de ella nuestro estandarte
y un ejemplo a seguir. Allí donde estés querida Isabel recuerda que en la
“alacena” de mi memoria guardaré siempre tu recuerdo.
ISABEL ROIG, CATALANA Y HORTENSE,
BUENA AMIGA, NUNCA AUSENTE
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