Allá va la grúa con mi viejo coche, allá bonito compañero de
sueños y de aventuras, allá vas mientras yo aparcado en la cuneta con mis
escasas pertenencias espero que alguien me recoja. Me dicen que te deje, que ya
no vales, que además contaminas y
entorpeces la circulación, nadie ve en ti más que un montón de chatarra y un
cúmulo de inconvenientes, nadie se da cuenta que al recorrer contigo media
España las aventuras que vivimos nos hicieron inseparables, que por tu forma de
hablar yo sabía si necesitabas dejarte más suelto para que tu corazón
funcionara mejor, a nadie puedo contar como te gustaba que te condujera al
compas de la música, o como disfrutabas
cuando nuestra mascota se refugiaba debajo de los asientos asustada por
un brusco acelerón para realizar un adelantamiento, a nadie le puedo explicar
la confidencialidad de nuestras conversaciones
o como nos dolió aquella multa traicionera por ir a cuarenta por hora en un
tramo limitado a treinta donde no había ninguna señal, o el jolgorio de nuestros
niños al adelantar a otro coche aparentemente más potente, son muchas las
anécdotas viejo amigo pero ninguna tan significativa como aquella noche de
niebla cerrada por tierras de Soria siguiendo a aquel camión que nos fue
esperando para que pudiéramos seguirlo.
Ahora viejo amigo para forzar nuestra despedida tampoco nos
quieren dejar rodar en días de contaminación cuando tu y yo sabemos que pasas
la I.T.V. sin ningún problema, no se dan cuenta que yo no sabría conducir uno
de estos coches modernos con tantos botones y tantos automatismos, al que han
quitado un pedal y le han añadido una rebatiña de chivatos y lucecitas que te
ponen más nervioso que pulga en cochinera, y sobre todo te confunden con un
barco instalando lo que llaman velocidad de crucero anulando algo tan clásico como el acelerador lo cual
impide disfrutar de las marchas que tantas cosquillas te hacen, y esos apatitos
de música con control remoto que ya no sabes si estas metido en un cohete a la
luna o se te ha metido dentro del coche una charanga, con lo entrañable que
resulta el viejo casete viajando a la aventura acompañados por el Fari,
Moncho, Rucio Jurado, Manolo Escobar o los chistes de Arévalo,
donde queda la poesía de las vacaciones con el taco de la guía Michelin en
ristre discutiendo con la mujer el camino a seguir cuando ahora es un Tontón el
que te indica la carretera y aquel olorcillo de las empanadillas caseras comidas
dentro del coche que ahora no puedes saborear porque se mancha la tapicería.
Y es que tu y yo hemos envejecido juntos, si tu cojinete
herrumbroso se queja mi rodilla derecha
le contesta, si tu transmisión da un tirón mi espalda ya restaurada se
resiente, si el retrovisor está corniveleto hace guiños con esta catarata mía
que no hace más que llorar, si rasca la velocidad mi artrosis pide tres en uno
y si la puerta no cierra no es por tu culpa, es simplemente que nuestra
carrocería necesita pasar por chapa y pintura para estirarle las arrugas. No,
no voy a dejarte, los dos renguearemos apoyado uno en el otro como viejos
amigos, en los días buenos tomaremos el sol
y en tiempo de frio y lluvia nos guareceremos en el garaje recordando
nuestros buenos tiempos, y cuando alguien quiera conocernos no te olvides de
esconder el viejo cojín que me recoge los riñones y subir con disimulo el
cristal derecho para que no se vea la pinza que hace de cuña de sujeción ¡ah! y
no dejes que los niños jueguen con la funda del asiento del copiloto para que
no descubran el agujero de la tapicería y si te pones en marcha disimula el
estornudo de la batería y sobre todo… el embrague ya sabes que en eso siempre
anduvimos muy forzados y no es cosa de andar ahora por parte viejos con viagras
milagrosas, por lo demás como estamos muy apañaos no te ofendas cuando alguien
nos suelte aquello de…están muy bien para la edad que tienen, yo apagaré tus luces
diré que tienes sueño, extenderé las
alfombras, recostaré los asientos y te cubriré con la funda para evitar que te
quemen los rayos del sol.
EL COCHE Y LOS ZAPATOS SI MAS VIEJOS MAS
EXACTOS
J. Hernández
Como siempre textos ágiles y simpáticos.
ResponderEliminarMuy bueno Joaquín Ángel.