Rellenita, con la piel suave
como el terciopelo y manos de porcelana mantenía al niño el Jesus en brazos mientras
esperaba el autobús; nadie reparó en ella nadie le ofreció su asiento ni mucho
menos se molestaron cuando el niño intentó alargar su manita intentando
recuperar el trocito de pan que su madre le había ofrecido, subió al autobús
que partía hacia Nazaret marcó su tarjeta y al hacerlo dejó ver a través de los
pliegues de su regazo las piernecitas de aquel niñito cuyos pañales de un
blanco inmaculado contrastaban con su piel sonrosada.
El viaje a través de la
empinada cuesta transcurrió sin incidentes alguno de los viajeros fueron
quedándose por el camino aligerando con ellos la carga de sus compras en el
mercado y solo alguna mujeruca arrebujada en su pañuelo se acercó hasta aquel niñito para hacerle una carantoña;
el niño lejos de asustarse correspondía a todos con una sonrisa mientras
trataba de asir el colgante que su madre tenía en el cuello.
El viaje llegaba a su fin yo tenía
que apearme antes de llegar a Nazaret y me dispuse delante de la puerta para no
entretener al resto del pasaje pero al llegar a la altura de la señora alguien
me tocó en el brazo; era ella la mismísima Virgen Maria en carne y hueso la que
dudando si saludarme o no había decidido llamar mi atención agarrándome del
brazo; mi sorpresa fue tremenda mi vista viajó hasta el niño y del niño a ella
sin poder emitir palabra alguna la encontré serena y hasta guapa pero no me
permití decírselo ya que inmediatamente me señaló a su marido que viajaba a su
lado, me explicó que ahora vivian en la calle Nazaret que tenía otros dos niños
la mar de revoltosos y que su matrimonio había resultado muy feliz gracias al nacimiento de Jesus.
Tuve que dejarlos, su
domicilio quedaba más arriba y al ver alejarse aquel autobús me di cuenta que
la navidad no es igual para todo el mundo y con este pensamiento retorné a la navidad
de cuando mis hijos eran pequeños y uno metido como siempre en mil aventuras se
empeñó en dirigir en una obra de teatro a un numeroso grupo de niños que
representaron con mucho éxito Belén
campanas de Belén más conocida como “Els Pastoret” la historia teatralizada
del nacimiento de Jesus muy popular aquí en Cataluña.
En aquel vehículo viajaban
realmente mi San José y la Virgen Maria entonces niños-adolescentes que ahora ya
casados según me dijeron me recuerdan siempre en “su” navidad.
LAS CAMPANAS DE BELEN TRAJERON
LA BUENA NUEVA
LA VIRGEN Y SAN JOSÉ SIGUEN ESTANDO EN LA
TIERRA
NO SE SABE SI DE OKUPAS O
EMBARGADOS Y SIN PERRAS
SOBRE VIVEN DE LIMOSNA PUES EL PARO NO LES
LLEGA
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