sábado, 9 de febrero de 2013

La vuelta del calcetín


Andaba yo discutiendo conmigo mismo por calle principal y cruce de mucho ajetreo cuando hete aquí que de bruces dime con persona de respeto y de mucha prosapia y no bien recuperamos el equilibrio (más bien el mío  por que el suyo lo tenía completo) me vino a reconvenir diciendo ser perteneciente de un partido cuyo parasol un poco a trasmano se vislumbraba y que perteneciendo al mismo como bien podía ver por la pancarta que se exhibía en su frontal quería hacer llegar a mis mentes su mensaje dando por hecho ser agrupación honesta que se había propuesto luchar como D. Quijote contra los molinos y que en este menester era necesario unirnos todos ya que empresa de esta envergadura no era posible emprenderla con gente escasa ni precarios atalajes y que si en estas estábamos bueno era mantener platica y no poca conversación y así a modo las entendederas podríamos a prueba y el corazón en almoneda que a menos que la razón no estuviera de su parte era deber de  buen y cumplidor ciudadano adherirse a la causa y pasar si no a engrosar sus mesnadas si ha unificar intenciones.

Entre tanta prosopropia  pude escantillar la vista hasta reparar en el estaribel que aquel personaje me señalara y no hiciera falta mucha atención para reparar en los símbolos de que la quincallería exhibida hacia gala que no vinieron a ser otras que las propias de un grupo político en intento de expansión.  No fue mucho el platiqueo pues yo modorro y el tozudo el trabase pusosé tan imposible como carro en tejado ajeno y así dejé al buen hombre tan contrito y requemado que al próximo aspirante a alabardero que abordara bien creo yo pondría pies en polvorosa a las primeras aseveraciones.

Vuelto yo a estar conmigo mismo y dado como soy a elucubraciones de lo que sin querer me rodea no pude por menos de remangar mi conciencia y abarcuzado como estaba vine a querer arreglar esta España mas jironada  que calcetín de miliciano y en estas anduve fino cuando a la imagen del zurcido calcetinero con huevo de madera en interior y aguja de culo fino se me representó la imagen del arreglo imposible que ni a fuer de punteras ni talones de otros hermanos desemparejados las madres de posguerra llegaban a decir que aquel andrajo no tenía remedio ni dándole la vuelta y así vine a convenir que esta España de tragaldabas y vividores no tiene remedio ni dándole la vuelta, mas pasada la frase a positivo llegué a darme razón a mi mismo asintiendo que el arreglo de esta España es ponerla del revés y antes de perseguir evasores lo que debe hacerse es des revesarla y convertirla en paraíso fiscal de manera que las repletas faltriqueras regresen al contento de la buena nueva y no solo de los naturales de la nación si no que cuantos quisieran pudieran  acudir como hormigas en tropel portando las sacas de los dineros a horcajadas hasta abarrotar basales y alcancías de cuanta banqueria saliera al camino y siendo esto así el final de la crisis habría llegado, la mafia instalada en Alcorcón  tendría más facilidades y ya los únicos que sobraríamos seriamos los ciudadanos honrados que a fuerza de serlo nos veríamos obligados a emigrar a otras latitudes; pero España habría salido de la crisis.

 ESPAÑA  NO TIENE MANGANTES,  LOS MANGANTES TIENEN A ESPAÑA 

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona