jueves, 14 de marzo de 2013

FUMATA BLANCA


Es una faena que tengas que aguantar el frio y la lluvia solo por acompañar a un pariente o a un amigo que se empeña en fumar mientras toma café en el bar de la barriada y al que además de aguantar que te cuente su vida tienes que agradecerle que no te haga tragar el humo de su cigarro porque si está fumando en la calle es por que respeta tu derecho a no contraer un cáncer y tu como más educado o menos descarado no te atreves a decirle que el maldito cáncer es posible que no me alcance pero que de la pulmonía y la bronquitis no me salvo por que el jodido frio de la terraza me está dejando los pies helados y el cortado que pretendía tomar calentito en un principio está ahora tan frio que bien podría servir como cataplasma ahuyentador de fiebres tifoideas.

Y es que el muy puñetero se empeña en no dejar un resquicio en la conversación donde yo pudiera meter una cuña y tras ella poder decirle que mi grado de paciencia y resistencia física está al límite  que mi comprensión para con su vicio no tiene por que implicar en mi penitencia alguna pero él dale que dale y fuma que fuma y yo impertérrito cual estatua empiezo a medir mentalmente los centímetros que le quedan a su cigarro y la intensidad de sus caladas pidiendo a Dios que en ese momento le envíe un ataque de tos que agilice mi liberación y sea conmutada mi pena sin más alegato que mi indefensión y excesivo comedimiento, pero nada el muy jodido parece un malabarista en el arte de fumar y no solo espacia mas las caladas si no que las hace menos intensas y lo que podía haberse convertido en una “colacha” infumable es ahora ejemplo y decálogo del buen fumador que de un cigarro hace dos y de un amigo hace un pandero y aquí es cuando me planto y me dije ahora  o nunca y decido ponerme en pié dando por terminada la conversación con la excusa de ir al baño momento en que me doy cuenta que mis pies no me sostienen por que están congelados pero a los que pido un último esfuerzo mientras se acerca el camarero  que por pura inercia me alarga la cuenta la cual saldo encantado sin esperar el cambio mientras me giro de espaldas a mi interlocutor para evitar ser acometido de nuevo.

Pero he aquí mi sorpresa cuando veo que un nuevo palomo ha caído en las redes de mi monologista, un vecino que se supone pasaba por allí sin ningún deseo de entretenerse a sido invitado por el tertuliano oficial a sentarse en la misma silla que ocupaba mi menda hacía un momento siguiendo el mismo protocolo, petición del cortadito  calentito y bien cargado para ambos pero esta vez con una copita de coñac para el protagonista; un nuevo metisaca al paquete de tabaco y un nuevo cigarrillo que me hace salir despavorido mientras llego a la conclusión de que  el cigarrito se lo fuma él,  el humo lo aguantamos todos,  la cuenta la pagas tu por ser el primero en salir y los analgésicos contra el resfriado a cuenta de cada uno. ¡Jodida vida esta la de ser educado!

SI  AL PAPA LO ELIGEN CON HUMO EL CONCLAVE TENDRIAN QUE CELEBRARSE AL AIRE LIBRE

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona