Me escribe Mauricio, amigo entrañable, precavido y cumplidor,
está asustado por el caso de los chicos detenidos en Aranda de Duero acusados
de la aparente violación de una menor. Me comenta que en el edificio donde él
vive hay unas chicas estudiantes que el supone menores de edad que de vez en
cuando se corren buenas juegas con
amigos de su entorno, me dice que lo más grave es que los padres de las chicas
le pidieron en su día que como favor que se hiciese cargo de un juego de llaves
por si en algún momento sus hijas lo necesitaran y ahí viene su dilema: ¿Lo
pueden acusar como encubridor? ¿Debe denunciar el caso a la policía presumiendo
que tanto las chicas como los chicos practiquen sexo? Mi amigo está en un sin
vivir, tampoco (me dice) se va a poner en medio de la escalera a pedir
documentación, ¿Y si denuncia y luego no
hay tales divertimentos? El resto de los vecinos son conocedores del
caso, pero ¡claro! a ellos no les piden las llaves del piso cada vez que se les
apetece.
He llamado a mi amigo para que se tranquilice y hacerle ver
que si cada vez que vemos una parejita “enrollada” tubiéramos que poner una
denuncia no habría policía suficiente para tanto caso. En nuestros tiempos todo
estaba prohibido, la mayoría de edad estaba en los veintiún años, pasear de la
mano con una chica representaba haber contraído un compromiso serio, un beso
robado era haber llegado al clímax todo lo demás debía pasar antes por el altar
donde jurabas fidelidad a un mundo por descubrir.
Hemos seguido divagando entre el antes y el después, no nos
ponemos de acuerdo; la libertad comienza con la información, los chicos de
Aranda de Duero lo tienen muy crudo, quizá por una chiquillada pagarán el resto
de su vida, quiero pensarlo así, la chica era muy joven pero ellos también,
discernir en ese momento si tenía catorce o diez y seis años para considerar si
hubo o no delito no está en nuestra mano como tampoco lo sabe mi querido amigo
Mauricio al que he tratado de tranquilizar cuando hemos llegado a la conclusión
de que en su caso los padres de las chicas deben saber de sus andanzas y son
ellos los que deben tomar cartas en el asunto, Mauricio se muestra remiso temiendo
quedar como un chivato pero mucha más ha sido mi sorpresa y más cuando me explica
la poca importancia que los padres han puesto en el asunto.
SOLO LA PRENSA PONE A LA NOTICIA VITOLA
DE IMPORTANCIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás