sábado, 29 de diciembre de 2018

ESCENAS Y ESCENARIOS DE NAVIDAD


En las fiestas de la navidad tendemos a recordar a los que no están, el villancico destemplado, la receta del asado, la sopera de toda la vida o el brindis ingenioso tienen una remembranza que ensombrece nuestra alegría, algo que entiendes cuando los meses van actualizando el calendario y los años corren hacia atrás, las nuevas generaciones tienen otros idiomas, la informática deja en el recuerdo las postales caligrafiadas, el mundo se ha hecho más grande y tú te has hecho más pequeño, ya no llamas la atención de nadie, no consigues hacer silencio a la hora de contar un chiste y si lo consigues se te agolpan las palabras antes de emitirlas, la gente joven se repliega sobre sí misma para comentar sus avances y tu por aquella ley de las afinidades solo esperas  que de vez en cuando algo o alguien te de pié para intervenir.

Son momentos en los que te das cuenta que has pasado la barrera, que tus picias y tus anécdotas están en el límite de ser recuerdo, que ya no podrás borrar de tu biografía aquella metedura de pata cuando después de una operación y debido a los nervios le dijiste al cirujano si había podido respetar la “vagina” de tu mujer en lugar de la vejiga,  cuando te metiste a bombero quemando monte,  tu intención de excavar un pozo artesiano con un petardo verbenero o la pirueta con una moto que no se dejaba gobernar… la verdad es que todo esto no te importa demasiado, analizas la escena, la congelas en tu mente y tratas de proyectarla hasta el tiempo en que tu no estés. ¿Seguirán tus hijos celebrando y riendo  juntos la navidad? ¿Sonará el mismo villancico antes de empezar a cenar? ¿Tomaran mis nietos el testigo de nuestras costumbres?

De la navidad me gustan los preparativos, las luces, el ambiente, la cantinela de los villancicos, la ilusión reflejada en la cara de los niños, el abrazo dado, los preámbulos antes de la reunión familiar, pero al no poder obviar el papel de la nostalgia en que todo esto viene envuelto deseas que el tiempo pase aunque en ello juegue tu propia existencia.

LA NAVIDAD SON FINALES DE LOS CAPITULOS DE LA VIDA

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona