jueves, 7 de agosto de 2025

EL SAPO Y LA NONA (Cuento infantil)












Saltaba el sapo

Corría la Nona

Brincaba sin caso

Con giros de broma

 

El sapo en la charca solo dormía

la Nona en su casa poco más hacía

y saliendo el sol, volvía la alegría

y juntos jugando pasaban el día.

 

Mas el maldito zorro, que nunca reía

viéndolos felicesentró en compañía

y al cabo de poco, entrando en porfía

al reflejo del charco urdió lo que haría

 

Hizo ver al sapo; su verde camisa

sus ojos de búho, sus patas de risa

su bocaza enorme, sin dientes y lisa

panzuda tripa cual tragón de misa

 

A la Nona: su porte, su pelo suave

su cola tan breve y erguida cual sable

su morro negrito; su genio indomable

orejas muy tiesas, sus ojos vivaces……..

 

¿Cómo estaban juntos siendo tan dispares?

Se miraron perplejos, y casi dando hachares.

Mi raza es más grande. Tú del fango sales

Y así creó el zorro las desigualdades

 

Hasta que un buen día, de Mayo sería

cayó una tormenta, tras la gran sequía

arrastró matojos, ganado y masía

y la pobre Nona también sucumbía

 

Pateando entre el fango; socorro pedía

y rotas sus fuerzas, pensó que moría

cuando entre el lodo: un sapo salía

llegó dando saltos luchando a porfía

 

Y con su bocaza de dientes vacía

aguantó a la Nona hasta ser de día

dejándola luego, cuando ya dormía

en unos matojos, con triste alegría 

 

Despertó la Nona maldiciendo el día

que al creerse reina, de nada, de un día

despreció al amigo que tanto quería

por raza, color, por...nada, por el que dirían

 

Dicen los  libros; que  llegado el día

los zorros del mundo aúllan a porfía

queriendo ser perros al menos un día

y contar con amigos, que dieran su vida.

 

                                              J. Hernández

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona