jueves, 12 de junio de 2025

REENCARNACIÓN Y LA NATURALEZA

Estos días en medio de la naturaleza he llegado al convencimiento de que el árbol no muere nunca, tan solo cambia de estado, concluido su ciclo productivo nos sigue dando calor en el hogar y aún después convertido ya en ceniza sigue formando parte de la vida al integrarse como abono enplantas en fase de crecimiento, de este modo se reencarna vigorizando un nuevo elemento vegetal y en los nuevos frutos que propiciaron las raíces alimentadas con su mismo residuo y supuesto antes también será su tronco el que soporte el tejado de nuestra casa o nos sirva de mesa o aguante la cama donde podemos dormir.

Por el rigor de la naturaleza el campo ha tenido muchas bajas precipitadasmás de un almendro  u otras especies plantadas cuando las energías propias no tenían fecha de caducidad son ahora cadáveres inhiestos confiriendo al paisaje domestico un escenario desdentado como si de caries de montaña se tratara. El tiempo ha pasado por todos y para todas, una nueva generación de árboles ha ido sustituyendo a los más longevos, los ahora talados cumplieron su ciclo, la naturaleza al igual que en los humanos marca su tiempo, desconozco si el árbol tiene entendimiento pero puedo asegurarles que con ellos muere un poco de mi mismo, recuerdo su llegada siendo aún chiquitines a este mi mundo con ellos las anécdotas vividas y las ilusiones compartidas como aparcero neófito nulos conocimientos de agricultura y mantenimiento de frutales.



Mi pregunta es si damos por seguro que la naturaleza se transforma ¿no será posible que también nosotros nos reencarnemos en otro ser? Ya sé que son preguntas absurdas posiblemente de un abuelo chocho y octogenario como yo, pero miren ustedes cuanto más integrado estoy en el medio son más las cavilaciones que se me vienen a la cabeza, lo que ocurre evidentemente es que en el proceso de las plantas intervenimos directamente y en el propio tan solo lo hacemos en el primer tramo, de todos modos ahí les dejo la pregunta. No intenten contestarme desde el mas allá ya saben que padezco del corazón.

  

MI FINAL ESTARÁ BAJO UN ÁRBOL, ESPERO QUE NO TOME REPRESALIAS

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona