domingo, 15 de marzo de 2009

CEMENTO, SUDOR Y ARENA

La idea que yo tenía del monumento empezó a cambiar a medida en que nos íbamos aproximando. Sobre un altozano se podía ver un intento de réplica del templo de la Sagrada Familia de Barcelona con alguna semejanza al Parque Güell, incluso con cierto parecido al Tibidabo. La curiosidad empezó a ser ansiedad a medida que nos aproximábamos y a partir de ahí la sorpresa y la incredulidad se sucedían junto con la sensación de lo inexplicable.

El monumento, obra de un discípulo de Gaudí, tenía su sello inconfundible, con columnas ascendiendo hacia el cielo en mil formas y profusión de imágenes que estallaban en altura dando lugar a fantásticas alegorías en una mezcolanza de formas inexplicables junto con vidrieras geométricamente confeccionadas; los trabajos de fragua para confeccionar rejas y barandillas quedaban patentes por su sencillez y buen gusto. También eran sorprendentes los materiales empleados.

La obra empezó a realizarse con la grava extraída de los arroyos cercanos, mezclada con cemento y compactada manualmente por los vecinos de los pueblos del entorno, que habían conseguido confeccionar rudimentarios bloques de hormigón con moldes de madera, levantando así parte de la base de la estructura.

Suspendida la obra por motivos varios se reemprendió su construcción por el mismo sistema si bien esta vez con arenas de otros lugares por tener prohibido extraer grabas de los arroyos cercanos. Incluso se utilizaron escorias del carbón que recogían junto a las vías del tren.

Como todo esto está a la vista ya que nadie ha tratado de disimularlo, sino al contrario, los autores se enorgullecen de ello, el resultado es un templo sencillo pero sorprendente, imaginativo pero natural y sobre todo un templo amasado con el sudor de los devotos. Puedo asegurar que me ha impactado tanto el concepto de hermandad y devoción como el resultado de sus sudores y la ilusión que les debió suponer conseguirlo con sus propias manos.

He bajado de aquel pequeño altozano más seguro de que la voluntad está por encima de la falta de medios y sobre todo de cómo con imaginación voluntad y perseverancia se llega a resultados increíbles, he regresado convencido de que lo natural y la naturaleza unidas al esfuerzo forman una argamasa capaz de llegar donde queramos y sobre todo de cómo la humildad se hace templo con solo aunar voluntades.

Deshaciendo el camino no he podido por menos de acordarme de cómo quieren terminar la basílica de Santa Teresa en Alba de Tormes, cómo me sorprendió pensar en lo poco que encaja la idea de una santa austera en su forma de vivir y de pensar con una basílica ostentosa y desproporcionada y como su Carmelo descalzo no puede encajar en el concepto de despilfarro recaudatorio que representaría esta basílica en los tiempos que estamos, parecería tanto como poner marco de oro a una foto de las carencias del mundo.

Señores de la comisión encargada de proseguir las obras de la basílica de Santa Teresa tal como se inició en su momento, dense una vuelta por esta otra basílica de la que les hablo. ¡Por favor, señores! Si de verdad conocen la biografía de Santa Teresa no caigan en el gran error de ponerle un marco tan contrario a sus ideas que lo harían increíble a cualquiera que de verdad interprete el sentir de la Santa andariega.

Visiten el SANTUARI de MONTSERRAT a MONTFERRI y verán de qué les hablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona