martes, 7 de septiembre de 2010

CUIDESE, SEÑOR NEIRA, CUIDESE

Este artículo fue publicado originalmente el 24 de febrero del presente año, creo que los acontecimientos lo han puesto de actualidad, por eso lo reedito. 


Podemos suponer cómo sus pulsaciones se dispararon al ver cómo una chica era maltratada sin que nadie tratara de defenderla; nos hacemos cargo de su valor para meterse en medio de un forcejeo donde las voces, los gritos y el desespero debieron de ser escalofriantes; nos admira lo poco que le importó exponer su deteriorada salud ante un energúmeno que no atendía a razones y nos es doblemente ingrato que usted saliera tan mal parado y con serias complicaciones en su ya problemática salud.

Pero no es menos lamentable que usted acudiera a distintos hospitales, anunciándoles sus dolencias y las posibles complicaciones que pudiera acarrearle el percance sufrido, que no se preocupasen aunque usted les anunciara su tratamiento anticoagulante y la delicada operación de corazón a la que había sido sometido tiempo antes; no sirvió que un hombre culto como usted les explicara una y mil veces las graves repercusiones que podía sufrir si sus pulmones no oxigenaban bien, etc. etc.

Al final cuando se anunció que usted había ingresado en estado de coma en un hospital nos sorprendió a todos, la indignación creció cuando pudimos ver el video donde se le golpeaba y caía al suelo y sólo faltaron las declaraciones de políticos interesados para que toda España se sintiera victimizada en su persona por el salvaje que lo había agredido.

Pero lo que tampoco deja de sorprenderme es que usted una vez recuperado no acudiese a los juzgados para denunciar a los ineptos de la sanidad que no quisieron o no supieron tratarlo adecuadamente para prevenir las complicaciones que luego le desencadenaron tan graves problemas, tampoco es de recibo que usted admitiera una condecoración por parte de las mismas autoridades que tienen la responsabilidad sanitaria en esa comunidad y que en definitiva, si no estoy mal informado, usted dejara la docencia para desempeñar un cargo público elegido para usted a dedo por Doña Esperanza Aguirre.

Cuídese, señor Neira, pero, al igual que nos vimos reflejados en usted y victimizados en su persona, tiene la obligación de aclarar ante la opinión pública cual fue la atención recibida en los distintos centros sanitarios a los que acudió, qué revisiones le hicieron y a qué conclusiones llegaron para no dejarlo en observación al menos veinticuatro horas.

Nos extraña, señor Neira, que usted comparezca ante la opinión publica, vomitando descalificaciones contra la persona que lo agredió pero no mencione en ningún momento a los profesionales de la medicina que no supieron ver las graves complicaciones de las que luego fue víctima.

La rectitud de conducta de la que Ud. hace gala debe dejar muy clara la responsabilidad de cada uno para que luego sea el juez quien dictamine culpabilidades; mientras tanto, señor Neira, no nos defraude y piense que en su persona además de heroico ciudadano también está la de valvulopata y a través de su experiencia muchos ciudadanos debemos asegurarnos de ser atendidos por el personal cualificado que corresponde a nuestra cardiopatía.

1 comentario:

  1. quid prodest?
    ésta es la pregunta que me hago en cuanto veo tanto rebomborio mediático en temas tan frecuentes como éste, una simple pelea callejera. ¿y a santo de qué se ha convertido este hombre en una "estrella mediática"?, ¿quién saca tajada de todo este circo?, ¿quién está detrás del señor neira y le conecta el altavoz?

    ResponderEliminar

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona