viernes, 5 de febrero de 2010

JUBILAR O JUBILARSE

Ando rumiando dejarlo,
mas dejarlo me acompleja
Y es que trabajo entre amigos
Y entre amigos... ¡quién lo deja!
.........................................................
Lo que no puedo entender es que al mismo tiempo que nos anunciaban la necesidad de alargar nuestro tiempo productivo estén autorizando prejubilaciones en masa a empresas con unas cuentas saneadas y con beneficios impresionantes, prejubilaciones que pagamos entre todos y que además engrosarán las listas con derecho a cobrar la prestación por desempleo; no puedo entender que los sindicatos acepten estas componendas y sólo cuando la situación les deja en evidencia se ven obligados a salir a la palestra para poner paños calientes ante las salidas de tono de nuestro gobierno al que la propia comunidad Europea está tachando de chapucero y quijotesco.
Si ahora tenemos mas de cuatro millones de parados, otros cuatro o cinco millones de funcionarios, un número superior de jubilados reales, y otros cuantos millones de gente que aún no está en edad de trabajar o que nunca perteneció al mundo laboral, ¿a cuántas personas debemos de mantener cada uno de los que estamos trabajando? Es del todo imposible cuadrar las cuentas pero lo que no es de recibo es que se quieran arreglar partiendo del esfuerzo del más débil y no se ponga ni siquiera en consideración apear de sus prebendas a tanto político de escaparate y tanto chupóptero de alfombra y coche oficial. Si tenemos que apretarnos el cinturón empecemos por arriba y si se pretende que la gente continúe trabajando después de los sesenta y cinco años compensémosles durante el tiempo excedido y que cada uno disponga si quiere o no continuar o por cuanto tiempo quiere hacerlo.
Se ha roto el sistema, la sociedad no aguanta más, la zanahoria que nos pusieron delante de las narices a fuerza de engordarla se ha vuelto calabaza, nos hicieron creer que éramos ricos cuando en realidad nos estábamos comiendo nuestra propia herencia, y ahora, cuando la hucha se vacía, nos dicen que tenemos que seguir trabajando porque nuestros hijos no encuentran trabajo y alguien tiene que mantenerlos. Yo me pregunto: Si nosotros mantuvimos a la generación de nuestros padres y ahora a la de nuestros hijos ¿Quién nos mantendrá a nosotros?
El baño de humildad que nadie quería darse nos viene impuesto, el desprecio al ahorro que como sistema estuvo penalizado nos demuestra que fuimos unos necios, la sociedad consumista se ha roto en mil pedazos, pero los cascotes siempre caen hacia abajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás

Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona