martes, 14 de septiembre de 2010

REFLEXIONES DESPUÉS DEL 11 DE SEPTIEMBRE

Año 1714, las tropas franco castellanas de Felipe V ayudado por su abuelo Luis XIV atacaron Barcelona con cuarenta mil franceses; los catalanes unos seis mil hombres resistieron el cerco durante catorce meses al final de los cuales fueron derrotados por la desproporción de fuerzas y la carestía de productos esenciales. La defensa de la ciudad fue capitaneada por Montserrat de Casanovas, consejero jefe que resistió hasta el final al mando de sus tropas a pesar de estar herido de alguna consideración.

A los derrotados se les impusieron las mismas leyes que imperaban en Castilla en lo que se llamó el Decreto de Nueva Planta y que en la practica suponía mas opresión y menos privilegios de los que ya disponía el pueblo llano, la derrota fue pues un rotundo fracaso para los vencidos pero sobre todo para la clase obrera que veía como sus derechos se reducían equiparándolos a los castellanos, mucho mas represivos con menos libertades y más gravados por los impuestos y obligaciones que la nobleza les imponía

Los nobles y el clero de los sitiados no vieron en la derrota si no la oportunidad de mejorar su situación y si ya de antemano eran partidarios de la rendición con la excusa de ahorrar muertos y salvaguardar la ciudad sabían que  sus privilegios serian mejorados al equipararlos a los castellanos

El numero de muertos entre las tropas defensoras fue importantísimo, tanto fue así que dada la falta de tiempo y espacio se enterraban en fosas comunes, siendo una de ellas la que se denomina Fosar de Las moreras, junto a la Iglesia de Santa Maria del Mar (Catedral del Mar) donde cada año se les  tributa un  homenaje popular.

¿Existía en Catalunya una guerra civil encubierta? ¿Puede decirse que a la clase dominante  les favoreció la rendición? ¿Fue la clase trabajadora la que realmente defendió la ciudad en contra de su oligarquía?¿Es cierta la frase atribuida a Felipe V... “Antes arriesgaré mi corona que otorgar a los catalanes sus privilegios”?

La bandera que porta Montserrat de Casanovas en el monumento donde hace la ofrenda foral la clase política no es ninguna bandera separatista, es el estandarte de Santa Eulalia; patrona de la ciudad por lo tanto no tiene sentido que este monumento se identifique como símbolo de independencia y se quiera ver la bandera estelada como la que realmente defendía el protagonista, porque durante el cerco nadie gritaba ni pretendía independencia, solamente defender sus privilegios y la libertad que le otorgaban sus propias leyes mucho mas avanzadas socialmente que las castellanas, la derrota es pues una derrota de la clase obrera catalana en particular pero también de los obreros  castellanos ya que al abortar este levantamiento  Felipe V evitó acciones similares por las tierras de Castilla que atemorizados por lo acaecido en Cataluña no osaron siquiera imitarlos y mucho menos intentar mejorar su situación visto el sangriento  ejemplo catalán.

Si tenemos en cuenta además que Felipe V pertenecía a la dinastía borbónica podemos entender sin gran esfuerzo los actos que cada año se suceden durante esta celebración, como también los silbidos de que son objeto la clase política en el homenaje delante del monumento a Casanovas ya que se considera inapropiado que la clase dirigente se apodere de unos méritos que no les corresponden. Por cierto: este personaje murió muchos  años después del asedio y con una hacienda más que saneada fue enterrado en su pueblo natal San Boy de Llobregat.

Nota: Expongo a la consideración de los muchos estudiosos del tema rectificar o ampliar las reflexiones aquí expuestas que no son si no fruto de un razonamiento muy particular  después de acudir a  muy distintas fuentes de  información, entre todos podemos ayudarnos a entender mejor esta efemérides que a lo largo del tiempo ha venido siendo tergiversada.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona