sábado, 6 de noviembre de 2010

HISTORIAS Y DESENCUENTROS

El músico andante que recorría los vagones del metro soltaba su musiquilla con indolente rutina, las propinejas  le caían más  escasas que dientes en boca ajena,  una voz espontanea sugirió que lo más rentable para su faltriquera seria interpretar un ave maría en honor del Papa Benedicto XVI. El vagón se retorció, de los asientos surgieron distintos murmullos y en el ambiente quedó reflejado el estado de ánimo de una Barcelona dividida ante una visita por unos celebrada y por otros sufrida como una carga ineludible de la que esperan librarse pronto


El coste de la visita pasamos a llamarla inversión publicitaria para Barcelona, de la necesidad o no de hacer tanto alarde económico en una época de crisis y en medio de tanto paro; se justifica como promocionar salarios a través de empresas contratadas,  los vecinos afectados manifiestan lo innecesario de cerrar calles y plazas para seguir la visita del papa a través de pantallas de televisión que podían ser instaladas en las parroquias correspondientes sin necesidad de blindar la zona como si de una cumbre de estado se tratara. Barcelona NO es “toda” Barcelona eso queda muy patente pero entre unos y otros argumentos me da la sensación que se está desvirtuando lo esencial: celebrar la  culminación de una obra que nació hacia 1880 de los donativos que proporcionaba una revistita dedicada a San José y que imprimía un fiel devoto propietario de una pequeña librería y de un más que rudimentario sistema de impresión. Nadie ha valorado este inicio sin el cual hoy el templo de la Sagrada Familia no existiría ni al propio Gaudí se le hubiera permitido retomar una obra iniciada por otros arquitectos en un solar adquirido con las  pequeñas aportaciones de los modestos suscriptores de aquella publicación. 


La propia Iglesia está perdiendo una magnífica ocasión de demostrar que la fe es indestructible si está fundamentada en valores y convicciones o como la  simiente de aquellos buenos creyentes germinó hasta  culminar en una historia sagrada que escrita en piedra nos habla desde la calle y donde cada fachada es un libro abierto a la interpretación. Desgraciadamente todos estos acontecimientos se están cuantificando en lo económico,  la Generalidad y el propio Ayuntamiento han sido sobrepasados por el poder de la iglesia y la iglesia en si misma parece alejarse del ciudadano de a pié cuando aduce razones indefendibles para justificar tanto derroche propagandístico en una serie de acontecimientos para los cuales nadie le ha pedido opinión.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona