-Te digo yo que a este galgo nuestro hay que darlo por perdido; a pesar de la querencia el señuelo aletea en otros páramos y allí las realas encelan en cortijo y como se les pase por el magín a este nuestro; betijo le han de poner para descastar la cuna y que no avente y pierda el rastro.
-Tal que azucarillo de marmita en balde de cigüeño quedará nuestra Caja del ahorro y vendrá al caso ponderar la hucha pa guardar las cuatro perras que si por guardar te cobran cuartos y por prestar has de eludir tener necesidad bendita cosa te van hacer endallí.
-Mala cosa que el poder se avenga en tan pocas manos,
-Peor cosa que muchas manos permitamos tanto poder y dejar que conviertan el granero en un bujero sin saber qué se hace en él.
-Ignorancia yo es lo que sumo, dejar que se fuera en humo la promesa comunal….quién había de decir que el Duero se fuera al Guadalquivir.
-Nada tiene que ver, bien es verdad, el Rato pero como en los malos partos parece que se pasó de largo y hubo necesidad de cesárea.
-Si es que ya se sabe, para un buen parto un ratito corto
- Total de Madrid a España tampoco hay tanta diferencia, el caso es que el horno donde se ha de amasar este pan estará fuera de la comunidad.
-No me menciones el pan que esto más bien parecen tortas.
-Anda que los parteros estos de pa qui….con tal de guardar el puesto achantaron la muy y ni miajita dijeron, paece mentira, una cosa tan nuestra y con más de cien años la echen rio abajo…y tan endomingaos que aparecen siempre que no hay quien les replique.
-Lo que ya no se es quien habrá pagao el alboroque.
- Más quisiera yo saber cuanto ha costao.
- Y decía mi abuelo: El ahorro en la persona muchos bienes proporciona.
- ¡ Pa ellos ¡
Tardé un rato en darme cuenta de lo que aquellos paisanos sentados en el pretil que da a la puerta del río estaban hablando, sus manos callosas jugueteando con el bastón y su ademan resuelto daban energía a sus argumentaciones que siendo intimas quedaban traicionadas por el tono de su voz, al llegar a su altura respondieron a mi saludo con un tan larguísimo vaya usted con Dios que consiguió darme tiempo para girar sobre mis pasos y acompañar el saludo con un gesto.
Más adelante la puerta de una chatarrería colgaba un cartel: se compra y se vende chatarra, mi imaginación pudo más.
NI SE COMPRA NI SE VENDE, AHORA SE FUSIONA
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