EL RUIDO DE LOS SILENCIOS

Barcelona guarda silencio, los periódicos parecen editarse con sordina, los amigos hablan sin hacer espavientos y las banderas parecen haber entrado en un letargo que el viento respeta con un pudor compartido del que  al mismo tiempo  se sienten víctimas y damnificados, Barcelona ha perdido alegría no es esta la Barcelona de los  retos olímpicos ni de las grandes manifestaciones estamos viviendo una Barcelona anonadada que no consigue despertar de su estupor ni tampoco se acostumbra y siente como propia la vergüenza de su antiguo capitán y abanderado cuando es pitado sin compasión en la vía pública, estamos viviendo en un hormiguero sorprendido por la tormenta que no sabe como escapar ni donde acudir para poner a salvo el granero de sus valores.

Las fechas que se aproximan nos darán la verdadera valía de este pueblo luchador y sensato que sabe crecerse cuando le toca hacerlo  y ahora cuando las campanas del seny catalán  tocan  a rebato es seguro que la uve en que piensan convertir Barcelona el próximo día 11será insuficiente para  acoger su dolor pero también será el aldabonazo contra una clase política que no nos merece haciendo buena en toda su extensión  la repulsa del pueblo contra la oligarquía dominante que al igual que en 1914 se negó a renunciar a una parte de sus prebendas y prefirió masacrar a su  pueblo aunque para ello tuviera que aliarse con ejércitos extranjeros.

Las dimensiones de la  página de la historia que está a punto de escribirse no es posible delimitarla, la degradación de C.I.U dará paso a otras tendencias hasta ahora en minoría pero en crecimiento vertiginoso, la oligarquía catalana aduciendo intereses económicos desaconseja en los mentideros políticos cualquier movimiento independentista y el pueblo llano que caya por sensatez no tiene tampoco muy claras otras posibles alternativas.

El clan Puyol una vez más va a decidir el futuro de España esta vez desde la cloaca de la corrupción entre cuyo sumidero parece encontrarse  la agenda política más linajuda de esta Cataluña que desde el caso de Banca Catalana ha ido cavando el pozo séptico que al fin ha provocado su propio hundimiento.

LOS  SILENCIOS  SON  LOS  GRITOS  DEL  ESPANTO