Erase una
vez un jubilado que no contento con su suerte se enfrentó a quienes se creían
amos de su vida y dueños de sus aficiones, la sorpresa de su actitud dicen que
pilló desprevenidos a los que se creían incuestionables y hete aquí que de la sorpresa saltaron a la incredulidad
de de la incredulidad a la inapeable realidad. Larga fue la diatriba, intensa
la argumentación y contundente la postura; no faltaron nuevos componentes del
elenco organizador de eventos que lejos
de reconocer que los abuelos aún tienen criterio y voluntad independiente no
hicieron otra cosa que justificar lo injustificable aduciendo razones
inconsistente, faltas de objetividad y
carentes del más elemental de los
sentidos.
No puedo
decir que el abuelo se sintiera bien es esta situación ni tampoco que fuera un
lance agradable, pero sí que quedó satisfecho dejando bien claro que los años
no nos hacen catedrales enmohecidas y aunque llenos de goteras seguimos siendo como
aquellos árboles centenarios que agarrados a la tierra siguen dando fruto y protegiendo con su sombra. Dicen
que el abuelo miró a sus compañeros que sorprendidos y resignados admitían su
situación como algo natural, pero que al grito de no dejarse utilizar habían respondido levantando
la cabeza en un gesto digno y grupal que
acabó por descolocar a aquellos interlocutores investidos de suficiencia pero faltos de sensibilidad.
La vida es una
suma de experiencias, estar en la pista de despegue donde comienza la cuenta
atrás te permite la auto imposición de no dejarte doblegar sin miedo a las
represalias, ser mayor no quiere decir que estés amortizado, tener la necesidad de reivindicarlo es estar delante de un grupo de necios que cuando lleguen a mayores (se oyó decir)
tendrán que soportar el trato de
exclusión que ellos mismos están creando.
Vueltas las aguas a su cauce quedó claro que a suma de los años no convierten a nadie en un arrapiezo, reírte del ridículo es una alternativa, hacer de tu vida un ejercicio de libertad es una acción, respetar a los demás es reclamar trato de igualdad independientemente de la edad, condición o estado.
LOS ÁRBOLES MUERTOS DE PIE, SON HITOS EN EL CAMINO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás