domingo, 23 de abril de 2017

¡QUE SOLO SE QUEDA EL SILENCIO!

                                    En atención a las personas que se interesaron, esta es la composición presentada                                         por mí al premio San Jordi del Casal de Horta.
Es la historia del paisano sordo y en silla de ruedas que conocí en una residencia de ancianos aquí en Barcelona, su aislamiento con el entorno me impresionó tanto que quise reflejarlo con este trabajo.

Que solo se queda el silencio
cuando el eco habita las mentes
que frías las camas de noche
sin calor, sin hogar, ni parientes.
Ya no hacen de ruidos los campos
ni las vacas rumian impacientes
ni los pájaros ya trinan ociosos
ni silba el pastor entre dientes.
Y es silencio el paisaje de aneas

y es silencio no haber referentes
y es silencio el que empuja sus ruedas
y es silencio el que esquiva  pacientes
y  lo intrinca trochando veredas
entre setos de sombra y relentes
sin mirar, sin sentir, sin maneras
transportando al anciano sin lentes
que dejó sus oídos en tierra
y no ahorma quijada a los dientes.
¡Que solo se queda el silencio!
que sola se encuentra la mente
de esa vida añosa y gastada
con el verbo vivir, sin presente.
                          J. Hernández.







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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona