Una vez más mi amigo Pedro me ha tirado del las orejas, en la
anterior entrada de este blog hablaba yo de las distintas maneras de abrazar y
ser abrazado, pero resulta que no he contemplado la modalidad del “Auto abrazo” que es aquel que mentalmente
se da uno mismo para insuflarse ánimos y superar un momento delicado. Tengo en
mi amigo una doble cualidad y es que en la condición de amigo tengo que
contemplar la de maestro, director y al
mismo tiempo compañero en aficiones cantoras, nuestro primer contacto me llevó
a estar bajo su batuta siempre inflexible e inexorablemente certera en la coral
del Vall d´Hebron y posteriormente al enrocarse en calidad de tenor siguió
siendo para mí el compañero de referencia
a la hora de afinar el tono, la nota exacta o la entrada perfecta, es por eso
que su llamada de atención surta en mi un
efecto más propio de alumno que de condiscípulo o compañero.
Y es que el auto abrazo del que me habla puede ser el más
necesario y sobre todo el único en el que la dualidad sin ser necesaria revierte
la reciprocidad en algo intenso y tan cercano a un desdoblamiento de personalidad difícilmente
explicable. No son pocos los casos de catástrofes o movimientos sísmicos donde hubo personas que
resultaron aisladas o sepultadas sobrevivieron por ese abrazo mental que les
dio fuerza y se convencieron que podían seguir abrazando y ser rescatados, también está el auto abrazo que
se da el emigrante solitario al llegar a suelo extranjero o el del marginado
por la ley o la necesidad, sin dejar
atrás al campeón o ídolo de masas al que todo el mundo abrazó y festejó pero una
vez apagado su brillo nadie tiene en cuenta y a nadie le preocupa su personal descenso
a los infiernos del anonimato.
El abrazo que mi amigo y profesor echó de menos en mi escrito
es en realidad el abrazo de los abrazos aquel que nadie ve y que solo es
efectivo cuando uno se quiere a sí mismo sin caer en la egolatría, este
podríamos definirlo como abrazo
trampolín el que te aúpa a superar situaciones sobrevenidas ajenas a tu
voluntad, el que gráficamente podríamos representar como el coletazo que te
hace salir a la superficie cuando la borrasca parece engullirte sin remedio y
solo tú en la inmensidad del mar puedes darte el abrazo salvador que te lleva
hasta la boya de la supervivencia.
Espero que mi profe magnánimo siempre hoy me suba la nota sin
necesidad de ponerme de rodillas de cara
a la pared ni tampoco me haga escribir cien veces: nunca pienses que lo has abrazado todo.
LA TIZA ES LA BATUTA
QUE DIBUJA EL PENTASGRAMA DEL PENSAMIENTO
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