viernes, 19 de mayo de 2017

LA LLAMADA DE LA TIERRA

A Cataluña se venía por necesidad, la necesidad de airearnos, la necesidad de experimentar y ver qué había detrás de esa imagen de progreso que nos vendían los viajantes de comercio catalanes, que cargados de maletas recorrían España entera hablándonos de su  industria y bienestar con el mar de fondo y las ramblas como el pasillo de las mil oportunidades.

Llegar a Cataluña era descubrir otra dimensión del mundo del trabajo, pensar que aquí nadie te conocía era poder desarrollar tu propia personalidad sin prejuicios, ni trabas, ni caciques a los que acatar, la pregunta no era por lo que tu trajeras en la mochila, la respuesta estaba en qué podías hacer y en cuanto tiempo, el patrón pretendía siempre producir más que el vecino, cicatear el sueldo a un buen obrero era provocar que se pasara a la industria de enfrente,  allí no le racanearían el salario, los premios,  primas por producción y horas extra eran habituales y no pocos amigos acudían a la  llamada del paisano que haciendo de cabeza de puente ayudaba al  desembarco de su parentela o paisanaje.

Mientras tanto castilla se despoblaba, la precariedad de los empleos y la concentración parcelaria convertía los pueblos en latifundios sin obreros, los tractores y la maquinaria dejaban sin tajo a los más humildes, la salida de la emigración se mostró cada vez con más fuerza y como única alternativa, salir de la tierra o vivir en la capital con la precariedad que proporcionaba el pequeño comercio o la industria hostelera no era una aspiración con futuro. Desde entonces la sangría ha seguido produciéndose, a pesar de ello no hay cambios políticos, las mismas siglas heredan los sillones del poder una y otra vez, la despoblación sigue imparable, en los pueblos cierran colegios ambulatorios y bancos,  la media de edad aumenta exponencialmente y en algunas zonas de la comunidad más extensa de España y más grande muchas naciones europeas la densidad de población es solo comparable al mismísimo desierto del Sahara.

Cataluña progresó aupada por nuestro esfuerzo, absorbió la mano de obra que otros desecharon, primó la doctrina de la adaptación y tuvo su recompensa haciendo de la diversidad virtud, hoy día estos valores son las tablas de la ley que la generación que nos sigue  asumió como suyas. El tema candente en la actualidad está en cómo hacer entender a nuestros hijos que Cataluña es diferente porque la hicimos diferente el resto de España, qué fundamento podemos esgrimir para hacerles ver que debemos permanecer fieles a nuestro origen del  que por otra parte no nos ata ningún otro vinculo si no el nostálgico y familiar, como hacerles valorar una tierra y una autonomía  de la que salimos nosotros hace cincuenta años  a la que no debemos nada y aunque tratemos de endulzar nuestros recuerdos las imágenes se diluyen al contacto con la realidad, renunciar a nuestro origen no está en nuestro catecismo pero obligar a nuestros hijos a que comulguen con él comienza a ser una utopía.

     NO TRASVASES  LA TIERRA,  LLEVA A ELLA EL AGUA Y LA SEMILLA



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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona