Hace unos meses ocurrió el cataclismo en Belén de Judea, lo
cierto es que los reyes magos han estado retenidos junto al castillo-fortaleza
del rey Herodes no por la fuerza si no para preservar su integridad, mientras
tanto los ríos desaparecieron, los pastores recogieron sus ovejas con el
desespero de quien salva su vida y hacienda en el último minuto y hubo
lavandera que abandonó su colada al capricho del destino mientras un lastimoso puente
sucumbía al envite de la fuerza sobrenatural, se hundieron montes y explanadas se
derribaron árboles y más de un aprisco sucumbió al paso de aquella especie de tornado, los ríos secos y desnudos dejaron al
descubierto la carencia de agua y hasta un
molino maltrecho y desvencijado apareció a varios metros de su lugar
original, casas establos y graneros aparecieron amontonados y semienterrados
entre la maleza del paisaje.
Transcurrido el tiempo
se pidieron voluntarios para reactivar la zona y con paciencia y tesón
procedieron a recuperar aquel paraje, se
reintrodujeron ovejas autóctonas bajo la vigilancia de un pastor algo maltrecho
que aun con la pierna entablilladla vigilara los ganados, la lavandera repuesta de su aventura recibió
con gran júbilo nuevas piezas para su colada, desgraciadamente algunos animales
heridos fueron sacrificados salvándose
milagrosamente un buey que aún dañada en una de sus patas fue recuperado al
amparo de un establo compartiendo espacio con una mula y alguna gallina, no
faltó un pastor trashumante que colgando una oveja al cuello se presentó para donarla
a los más necesitados; al tiempo que el chaval que descomponía el cuerpo tras
unas matas hatijó sus ropas con urgencia para no perderse la hora del convite,
fueron rehabilitas las casas y bodegas, se prepararon hogueras para combatir
las gélidas noches pastoriles y el molino volvió a funcionar. Al amparo de un rayo
de luz que cruzó el firmamento los tres
reyes reemprendieron su camino mientras a lo lejos se escuchaba el llanto de un
niño recién nacido.
Esta podía ser la historia que en mis tiempos se vivía en
casi todas las casas y familias de mi barrio para inaugurar la Navidad, hoy día
los anglicismos están borrando nuestras tradiciones, el árbol compite o como
mucho comparte espacio con un minúsculo nacimiento, el dichoso Black Friday
anticipa la llegada de los reyes magos y para mas escamoteo el día de acción de
gracias americano se entroniza con paso firme en esta nuestra sociedad tan dada
al esnobismo y la peculiaridad.
Pero para que por mí no se pierdan las tradiciones y para que
les llegue con tiempo les deseo unas MUY FELICES NAVIDADES.
NIEVE DE ALGODÓN, COMAS EN LAS MONTAÑAS DE LA ILUSIÓN
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