miércoles, 6 de febrero de 2019

EL ECO DE LA SONRISA


En nuestro centro la sonrisa tiene nombre y apellido, si escucháis una incipiente carcajada no os preguntéis que es lo que pasa, puede que ni siquiera pase nada, puede que tampoco sea necesario que pase para poderla escuchar o puede que simplemente haya alguien que por su naturaleza haga de la sonrisa un modo de ser y del bosquejo de la carcajada el imán que te ayude a entender que a la vida solo es necesario ponerle humor  para hacerla más agradable.

José Porcuna, (Pepe para los amigos) tiene el don de la ubicuidad, puedes encontrarlo en varios sitios a la vez, encima de una escalera o reparando alguna emergencia, abordando y dando explicaciones a una visita despistada o metido en yeso y pintura intentando hacer la mejor representación de belén que pueda encontrarse en la barriada, pero si llegas a nuestro centro en demanda de ayuda no preguntes donde está nuestro amigo, solo es necesario que afines el oído, pongas atención y te dirijas hacia el sonido de una voz que aunque cavernosa te resulte agradable,  allí lo encontrarás detrás de una sonrisa que de puro ejercitarla a dado forma a su rostro, ese es Pepe, no puedes equivocarte.

Pepe lleva por apellido el nombre de su propio pueblo, el dice con mucho gracejo que sus ascendentes debieron ser árabes o judíos y es por eso su constante trasiego, para nosotros es el solucionador al que  puedes acudir si la megafonía no funciona, no aciertas con la temperatura de la calefacción o simplemente quieres charlar de forma distendida en la confianza de que de la charla y durante ella habrás sonreído en más de una ocasión, pero eso si Pepe es humano no le des un consejo porque él ya tendrá otra solución, no le quieras llevar la contraria porque desmontará tus argumentos a golpe de chascarrillo y sobre todo no le provoques con un baile por sevillanas porque inmediatamente te encontrarás con el maestro que no habías buscado.

En estos días nuestro centro tiene las pilas gastadas, nuestro amigo Pepe pasa por un momento familiar delicado, lo echamos de menos por el egoísmo  de no poder compartir con él la charla animada a que nos tiene acostumbrados pero también por no poder devolverle ahora la sonrisa que tantas veces nos prestó cuando lo necesitábamos, de todos modos el que es gran conocedor de cuanto le rodea sabe que nos tiene a su entera disposición para cuanto le haga falta. Un abrazo Pepe.


 LA SONRISA ES UNA CARCAJADA EDUCADA PARA NO MOLESTAR
                                                                                           J. Hernández             

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona