domingo, 27 de enero de 2019

MI VIEJO COCHE


Allá va la grúa con mi viejo coche, allá bonito compañero de sueños y de aventuras, allá vas mientras yo aparcado en la cuneta con mis escasas pertenencias espero que alguien me recoja. Me dicen que te deje, que ya no vales, que además contaminas  y entorpeces la circulación, nadie ve en ti más que un montón de chatarra y un cúmulo de inconvenientes, nadie se da cuenta que al recorrer contigo media España las aventuras que vivimos nos hicieron inseparables, que por tu forma de hablar yo sabía si necesitabas dejarte más suelto para que tu corazón funcionara mejor, a nadie puedo contar como te gustaba que te condujera al compas de la música, o como disfrutabas  cuando nuestra mascota se refugiaba debajo de los asientos asustada por un brusco acelerón para realizar un adelantamiento, a nadie le puedo explicar la confidencialidad de nuestras  conversaciones o como nos dolió aquella multa traicionera por ir a cuarenta por hora en un tramo limitado a treinta donde no había ninguna señal, o el jolgorio de nuestros niños al adelantar a otro coche aparentemente más potente, son muchas las anécdotas viejo amigo pero ninguna tan significativa como aquella noche de niebla cerrada por tierras de Soria siguiendo a aquel camión que nos fue esperando para que pudiéramos seguirlo.

Ahora viejo amigo para forzar nuestra despedida tampoco nos quieren dejar rodar en días de contaminación cuando tu y yo sabemos que pasas la I.T.V. sin ningún problema, no se dan cuenta que yo no sabría conducir uno de estos coches modernos con tantos botones y tantos automatismos, al que han quitado un pedal y le han añadido una rebatiña de chivatos y lucecitas que te ponen más nervioso que pulga en cochinera, y sobre todo te confunden con un barco instalando lo que llaman velocidad de crucero anulando  algo tan clásico como el acelerador lo cual impide disfrutar de las marchas que tantas cosquillas te hacen, y esos apatitos de música con control remoto que ya no sabes si estas metido en un cohete a la luna o se te ha metido dentro del coche una charanga, con lo entrañable que resulta el viejo casete viajando a la aventura acompañados por el Fari, Moncho,  Rucio Jurado,  Manolo Escobar o los chistes de Arévalo, donde queda la poesía de las vacaciones con el taco de la guía Michelin en ristre discutiendo con la mujer el camino a seguir cuando ahora es un Tontón el que te indica la carretera y aquel olorcillo de las empanadillas caseras comidas dentro del coche que ahora no puedes saborear porque se mancha la tapicería.

Y es que tu y yo hemos envejecido juntos, si tu cojinete herrumbroso se queja  mi rodilla derecha le contesta, si tu transmisión da un tirón mi espalda ya restaurada se resiente, si el retrovisor está corniveleto hace guiños con esta catarata mía que no hace más que llorar, si rasca la velocidad mi artrosis pide tres en uno y si la puerta no cierra no es por tu culpa, es simplemente que nuestra carrocería necesita pasar por chapa y pintura para estirarle las arrugas. No, no voy a dejarte, los dos renguearemos apoyado uno en el otro como viejos amigos, en los días buenos tomaremos el sol  y en tiempo de frio y lluvia nos guareceremos en el garaje recordando nuestros buenos tiempos, y cuando alguien quiera conocernos no te olvides de esconder el viejo cojín que me recoge los riñones y subir con disimulo el cristal derecho para que no se vea la pinza que hace de cuña de sujeción ¡ah! y no dejes que los niños jueguen con la funda del asiento del copiloto para que no descubran el agujero de la tapicería y si te pones en marcha disimula el estornudo de la batería y sobre todo… el embrague ya sabes que en eso siempre anduvimos muy forzados y no es cosa de andar ahora por parte viejos con viagras milagrosas, por lo demás como estamos muy apañaos no te ofendas cuando alguien nos suelte aquello de…están muy bien para la edad que tienen, yo apagaré tus luces diré  que tienes sueño, extenderé las alfombras, recostaré los asientos y te cubriré con la funda para evitar que te quemen los rayos del sol.

       EL COCHE Y LOS ZAPATOS SI MAS VIEJOS MAS EXACTOS     
                                                                                       J. Hernández

1 comentario:

  1. Como siempre textos ágiles y simpáticos.
    Muy bueno Joaquín Ángel.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona