martes, 4 de junio de 2019

UN CAMINO IMANTADO


Pensar y recordar son dos verbos que conjugamos a menudo,  echar la vista atrás no siempre nos reconforta y ayuda, en nuestros recuerdos  desfilan personas que influyeron positivamente en nuestra vida sin que tuviéramos ocasión de agradecérselo, otros que sin pedir nada a cambio trabajaron con nosotros  empeñados en alcanzar un futuro mejor, también aquellos con los que nuestra repulsión pudo más que su atracción debido a que su forma de proceder no encajaba con nuestras prioridades,  de todos ellos aprendimos y todos  influyeron en nuestra andadura.  A muchos ya no nos será posible darles las gracias, de otros tan solo saber de qué les valió su avaricia o su falta de honestidad y los más tan solo saber si nuestra intuición y su trayectoria coincidieron y con el paso del tiempo consiguieron sus metas.

La otra cara del espejo es la manera en que pudimos perjudicar a quien se cruzó en nuestro camino en un momento inoportuno o no apostamos por ellos cuando lo necesitaban, un poso de rabia queda en nuestras conciencias cuando intuimos que no estuvimos acertados en nuestro proceder o no supimos atender sus demandas, relacionarlo con los altibajos de la vida es solo un recurso aunque nos justifiquemos con la falta de experiencia admitiendo que no es la misma a los veinte que a los cincuenta o a los setenta, lo ingrato es que la vida se escribe en directo sin ensayos ni borrador donde poder reescribir los pasajes y paisanajes que no nos gustan de nuestra historia.

Ahora cuando el mar está más calmado ya no se lucha por llegar el primero, el único interés es seguir flotando, ayudar o ser ayudado es solo un matiz, las barreras del egoísmo han caído y cuando el verbo vivir solo se conjuga en presente  los amigos lo son para toda la vida, mantenerlos deja de ser una opción para  ser una necesidad,  convivir y compartir debe  ser tan normal como mirarse al espejo cada mañana, de no hacerlo así no cambies el espejo mira de retocar tu mirada.

                 LOS AMIGOS SON EL IMAN DE LA GENEROSIDAD
                                                                                                 J. Hernández

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona