Arqueando su brazo el camina
y a
la vera lo hace su mujer
encontrando
en su pulcra gabardina
asidero
por instinto, sin querer.
intentando encajar y componer
ese
cuerpo hecho ahora peregrino
de
la senda sin retorno del ayer.
El
espejo del tiempo los deforma
cóncavo
es ahora, inclinado, solo piel,
pues…atacó sus huesos la carcoma
y son
sus ojos una sombra con dosel.
Son
dos juncos mecidos por el viento
tremolados
por el soplo de vejez,
pisando
quedo, con tensada rigidez.
Hermanada
su pisada ahora impar
la
sombra les precede dando quiebros
intentando
él asir su bienestar
sin
forzar el abrazo de sus miembros.
No
quiere dejar que ella lo sienta
no
querría le viera mendigar
una
pócima que pusiera a ella buena
y
aún el alma él tuviera que embargar.
En
su mente aún vive su retrato
el
que hace que no pueda olvidar
que
lleva al brazo la dama de sus sueños
la
del beso robado que un día pudo dar.
J.
Hernández
Nota: he perdido el rastro de esta
parejita asidua a nuestro casal antes de la pandemia, desconocemos su estado actual. ¿Los reconoces?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tiene a su disposición este espacio para sus comentarios y opiniones. Sea respetuoso con los demás