Siempre me gustó cantar, mis inicios fueron con los Salesianos de San Benito en Salamanca, luego con la coral y rondalla del centro castellano y Leones en Barcelona, después en la coral del Valle Hebrón y la rondalla y grupo de habaneras del barrio, parece que mi sino es cantar, cantar ante cualquier situación propicia, cantar en familia, cantar con amigos, cantar mientras trabajo, cantar en las sobremesas, concretando: cantar para mi es una necesidad.
Hoy he disfrutado cantando (o mejor participando) con la
coral San Jeroni, una institución con más de cincuenta años de andadura
celebrados con retraso por el silencio de los
dos años de pandemia, han sido los
cincuenta años de lo que comenzó siendo un coro de iglesia, años llenos de peripecias, de subidas y
bajadas, de euforia y desánimo pero que ha sobrevivido por la
necesidad de seguir cantando y la entrega de muchos otros “cantaires” hoy ya
desaparecidos pero estuvieron presentes en nuestra actuación.
Cuando me llamaron para fortalecer la cuerda de los tenores
no pude resistirme y aunque en verdad por unas y otras circunstancias los
ensayos no han sido muchos me he visto sumergido en un ambiente tan entregado y
entusiasmado en lo que están haciendo que
mis ganas de agradar y hacerlo dignamente no me han parecido suficientes
para estar a su altura, mi interés creo que ha quedado patente, las
indicaciones de su directora que yo he tomado al pie de la letra me han hecho sentir
el alumno torpe de la clase pero
solamente por lo aprendido creo que mereció la pena pasar estar jornadas en su
compañía.
La coral celebra su cincuenta aniversario, un aniversario
remarcado con la concesión de la medalla de honor de Barcelona, mi agradecimiento a su directora Angles Conde y al resto de componentes estará
siempre conmigo, ahora solo hace falta seguir disfrutando de sus actuaciones pensando
que el empeño y las ganas de cantar son
el bálsamo que cura enfermedades, alegra soledades y es lazo común de todas las
razas.
CANTO CORAL: CIEN GARGANTAS UNA SOLA
VOZ
Pues me apunto, aunque por culpa del cáncer me amputaron una cuerda vocal, sigo cantando...pues hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
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