viernes, 3 de febrero de 2023

LA JAULA Y LA FLOR

En tromba entró la chiquilla buscando con la mirada

y  encontrando allí a su madre la llevó hasta la entrada

Y allí en aquel rinconcito en una leve hondonada

ha señalado una flor, en la que el sol se extasiaba

encendiendo sus colores, era la flor encantada.

La madre cogió a su niña  poniendo en su piel rosada

un beso lleno de amor un beso que compensara

la mentirilla que un día que a la niña  le explicara.

 

¡Mamá traigamos la jaula para la flor encantada!

pues temo que no tardando el sol le queme la cara

y así no pueda cantar ni anunciarnos  la mañana.

 



La niña cortó la flor, para acostarla en su jaula

cuando un vientecillo ramplón asomó por su ventana

arrancándole a la flor los pétalos que tanto amaba.

La niña presa de encanto esperó entusiasmada

segura de ser las  plumas del pájaro que sin su jaula

un día entregó al  jardín esperando germinara.

La madre no se da prisa, mira a la niña extasiada

esperando al pajarillo que a su jaula retornara

aquel que un día la niña junta a ella enterrara

suavizando el desconsuelo de una muerte inesperada.

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Este soy yo

Hace ya muchos años que las circunstancias me hicieron dejar Salamanca por motivos profesionales, instalándome en Barcelona. Añoro mis raíces y cuando vuelvo pueden encontrarme paseando solitario a primera hora de la mañana por las calles que tanta cultura han acogido. Salamanca sigue presente en mí.
Siempre he sentido la necesidad de comunicar mis sentimientos, por si lo que a mí me parece interesante a alguien le pareciera útil.
Joaquín Hernández
Salamanca/Barcelona